A partir de 2011 la mayoría de los coches comercializados en la Unión Europea deberán equipar de serie el control de estabilidad (ESP), según la reciente normativa aprobada por el Parlamento Europeo, que pretende establecer un formato común.

Junto a esta exigencia, también será necesario disponer de neumáticos de calidad para uso en carretera y del sistema de control de presión para las ruedas. Además, en los camiones se exigirá los sistemas de asistencia de frenado y de aviso de cambio involuntario del carril. Vale destacar también la imposición de nuevos niveles de emisones máximas de C02.

Si bien todos los grandes fabricantes tendrán hasta 2018 para adecuarse a estas exigencias, algunos constructores artesanales pueden quedar al margen, como lo hicieron ante la obligatoriedad del ABS firmas como Caterham y TVR.