Los separatistas prorrusos del este de Ucrania comenzaron a votar hoy en dos distritos en la región de Donetsk por temor a que las tropas pro-gubernamentales intenten impedir el controvertido referéndum sobre la independencia de Kiev convocado para mañana domingo, informó la agencia rusa Itar-Tass.
Pese a los llamamientos internacionales a cancelarlo, entre ellos de la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, los separatistas aseguraron estar listos para la consulta, aunque según los expertos apenas han tenido acceso a los registros de votantes de la región.
La votación se celebrará entre las 08:00 y las 22:00 hora local. Por el momento no se sabe cuándo se darán a conocer los resultados. El gobierno de Kiev no reconoce el referéndum, que también rechazan Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
En la región de Donetsk se establecieron 1.527 locales electorales, dijo hoy a la agencia Interfax Roman Liagin, el jefe de la junta electoral de los prorrusos. "El resultado del referéndum será considerado válido independientemente de la participación", agregó.
Liagin aseguró además que en esa región no se celebrarán las elecciones presidenciales ucranianas del 25 de mayo. También en la vecina "República Popular de Lugansk" está prevista la celebración del referéndum separatista el domingo.
En un encuentro en Stralsund, en el norte de Alemania, Merkel y Hollande consideraron ilegal la consulta y llamaron a todas las partes en conflicto a regresar a la mesa de negociación "tan rápido como sea posible".
Además, amenazaron de nuevo a Rusia con un endurecimiento de las sanciones si al final no pueden celebrarse los comicios presidenciales fijados para el 25 de mayo en Ucrania.
"La celebración de unas elecciones presidenciales libres y justas en Ucrania el 25 de mayo es de suma importancia", indicaron en un comunicado de prensa. "Si las elecciones presidenciales no reciben reconocimiento internacional, esto podría provocar inevitablemente una mayor desestabilización del país", agregaron.
"Alemania y Francia estuvieron de acuerdo en que, si ese es el caso, deberán asumirse las consecuencias previstas por el Consejo Europeo del pasado 6 de mayo", agregaron sobre la decisión que se tomó entonces de preparar una tercera ronda de sanciones económicas contra Rusia.
También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, subrayó hoy que los comicios del 25 de mayo serán "un buen instrumento para estabilizar la situación en Ucrania".
El gobierno de Kiev se mostró hoy dispuesto a dialogar, aunque no con "terroristas", nombre con el que el Ejecutivo se refiere a los prorrusos, quienes por su parte exigieron a Kiev el fin de la violencia antes de iniciar un diálogo.
"Escuchamos a (la cuenca del) Donbás y estamos dispuestos a sentarnos en la mesa de negociaciones", afirmó hoy en un comunicado el presidente interino de Ucrania, Alexander Turchinov.
El mandatario advirtió además a las fuerzas prorrusas del este de Ucrania de las consecuencias económicas que tendría una secesión de las regiones de Donetsk y Lugansk. "Sería un paso hacia el abismo", alertó.
"Quienes apoyan la independencia no entienden que significaría la destrucción de la economía, los programas sociales e incluso de la vida de gran parte de la población en esas regiones", dijo el presidente interino.
Pese a ello, Turchinov reconoció que las fuerzas prorrusas son apoyadas por una gran parte de la población del este de Ucrania. La culpa de ello es de la propaganda rusa, aseguró.
Simultáneamente, el presidente destituyó al gobernador de Lugansk, Mijail Bolotskij, a quien había nombrado el 2 de marzo, después de que el gobierno central perdiera el control de amplios sectores de la región.
Por su parte, las fuerzas prorrusas exigieron de nuevo a Kiev el fin de la violencia como condición previa a cualquier tipo de diálogo. "Sólo se podrá hablar de algún tipo de negociación cuando quienes tienen el poder en Kiev pongan fin a sus acciones agresivas, retiren a sus tropas y estén dispuestos a un diálogo pacífico", afirmó a la agencia Interfax Miroslav Rudenko, miembro de la cúpula de la autoproclamada "República Popular de Donetsk".
Tras los violentos combates vividos el viernes, la situación se tranquilizó hoy en Mariúpol, ciudad portuaria del sureste de Ucrania y cercana a la frontera con Rusia.
La Guardia Nacional anunció su retirada del centro de la ciudad aunque advirtió que se hará todo lo necesario para estabilizar la situación. La policía aseguró que seguirá de servicio tras los "trágicos acontecimientos" del día anterior, cuando tropas del gobierno ucraniano y fuerzas prorrusas se enfrentaron por una comisaría.
Según las autoridades locales, en los enfrentamientos de Mariúpol murieron al menos 7 personas y unas 50 resultaron heridas. El ministro de Interior ucraniano, Arsen Avakov, reportó la muerte de dos soldados ucranianos y 20 separatistas.
Por otro lado, fuerzas prorrusas retuvieron brevemente en Donetsk a nueve trabajadores de la Cruz Roja Internacional, a los que dejaron en libertad tras comprobar sus intenciones, informó hoy a dpa el portavoz del organismo, Pierre Marquet. Los trabajadores de Cruz Roja -ocho ucranianos y un suizo- llevaban consigo medicamentos y ahora podrán llevar a cabo su misión humanitaria en la región.