La lucha de las autoridades sanitarias para combatir la obesidad en el mundo ha provocado un nuevo problema: el incremento del estigma de las personas que tienen sobrepeso.

Ésa es la conclusión de una nueva investigación llevada a cabo en diez países por investigadores de la Universidad del Estado de Arizona, en Estados Unidos.

Tal como señalan los científicos en la publicación Current Anthropology, las actitudes negativas hacia aquellos que tienen sobrepeso o son obesos se están convirtiendo en "una norma cultural" en todo el mundo.

Y esto, advierten, está causando mucho sufrimiento emocional y un incremento de los problemas psicológicos, como angustia y baja autoestima, entre las personas con exceso de peso.

CAMBIO DE IDEALES
Se sabe que la idealización del cuerpo extremadamente esbelto está muy arraigada en gran parte del mundo desarrollado.

En la nueva investigación, la doctora Alexandra Brewis, experta en antropología biológica, y su equipo querían investigar si esta idealización se había extendido a otras regiones del planeta, incluidas aquellas donde el cuerpo más redondo y "relleno" era el preferido culturalmente.

Los científicos realizaron entrevistas cara a cara y por internet en zonas urbanas de Argentina, México, Paraguay, Nueva Zelanda, Islandia, Reino Unido, Estados Unidos, Samoa Estadounidense, Puerto Rico y Tanzania.

Los participantes debían responder si eran ciertas o falsas una serie de declaraciones culturales extraídas de la literatura de salud pública global.

Se les plantearon declaraciones tanto afirmativas como negativas sobre la talla corporal, como por ejemplo: "La gente gorda es floja" o "una mujer llena es una mujer hermosa".

Tal como expresan los autores de estudio, los resultados mostraron que, en lo que se refiere a la gordura y la obesidad, la gente en todo el mundo parece estar pensando lo mismo: la persona gorda y obesa es "floja, fea, poco atractiva y carece de autocontrol".

En todos los lugares investigados se encontraron las mismas actitudes "negativas y moralizadoras", dicen los autores.

"Anteriormente, varios estudios etnográficos habían mostrado que muchas sociedades humanas preferían los cuerpos grandes y rellenos", dice la doctora Alexandra Brewis.

"Los cuerpos rellenos representaban éxito, generosidad, fertilidad, riqueza y belleza", agrega.

Pero las cosas han cambiado y en las últimas décadas el ideal, al menos en el mundo occidental, han sido los cuerpos delgados y entre más flacos mejor.

"Esencialmente estábamos tratando de tomar una 'instantánea' de lo que piensan los adultos comunes y corrientes en una variedad de lugares", explica la doctora Brewis.

"Nos quedamos realmente sorprendidos de la forma como se han propagado las actitudes de estigma hacia los cuerpos con sobrepeso".

La investigación encontró el mayor nivel de estigma hacia los obesos en Paraguay, seguido de Samoa Estadounidense y México.

La gente con menos actitudes negativas hacia los gordos era la de Tanzania.

Y al contrario de lo que se esperaba, en Estados Unidos y el Reino Unido se observó poco estigma en relación con la obesidad.

NORMAS SOCIALES
"Encontramos que el estigma de la obesidad era mayor en algunos de los lugares que, creíamos, eran los que aceptaban más a la gordura", afirma la doctora Amber Wuitch, coautora del estudio.

"Creemos que en los sitios donde se han mantenido los puntos de vista estigmatizadores durante más tiempo, la gente ha desarrollado ahora normas sociales sobre la importancia de ocultar las creencias que son vistas como descorteses".

Estas actitudes, que los científicos llaman "moralizadoras", les están causando un problema adicional a las personas con obesidad o sobrepeso.

"Gran parte de los mensajes negativos de salud están acompañados de mucho contenido moralizador", dice Alexandra Brewis.

"El estigma causa prejuicios y discriminación y mucho sufrimiento emocional" dice Alexandra Brewis.

"La propagación de estas ideas estigmatizadoras tienen el potencial de causar enorme daño social", advierte.

Los investigadores subrayan que el estudio fue pequeño y que hace falta llevar a cabo más investigaciones para confirmar hasta qué punto se han propagado estas actitudes estigmatizadoras contra los obesos.

Pero mientras tanto, dice Alexandra Brewis, es necesario "educar" tanto a los medios de comunicación como a las autoridades de salud pública "para garantizar que, cuando se manejan los aspectos relacionados con la obesidad, no se promueva de forma inadvertida un mayor estigma".