Con un caballo y un carro serpenteando por su olivar, acariciado por el sol de una tarde de otoño, me encuentro con Hamed Talba.

De profesión policía, Hamed se ha convertido en un hombre de la tierra.

No parece hecho para ser campesino, destaca más como figura urbana. Pero su cambio ha sido una inversión y ha demostrado ser muy exitosa.

"Compré esta parcela por US$90.000 en 2010", dice, mostrándome sus tierras en las afueras de la Ciudad de Gaza.

"Ahora podría venderlo por US$180.000. ¡El doble!", exclama.

Hamed dice que quiere buscar un terreno más grande para comprarlo y construir una casa.

Los espacios verdes de Gaza se van tornando cada vez más grises.

En la Ciudad de Gaza se puede ver, al menos en parte, cuál es el origen de la rápida subida de los precios de la tierra.

Durante el último año y medio ha habido un boom de la construcción, impulsado por el contrabando de materiales por los túneles que llegan desde Egipto.

Hay nuevas oficinas y apartamentos en construcción por todas partes.

El sonido de grúas, taladradoras y mezcladoras de cemento sube el nivel de decibelios por encima del habitual estruendo del tráfico.

¿Londres, París, Nueva York?

En uno de los hoteles de su propiedad en primera línea de mar en Gaza, conozco a Abdel Aziz Jaldi, uno de los hombres más ricos de la Franja.

Al verlo, no es un hombre ostentoso, parece más un ejecutivo medio que un multimillonario.

Pero hay algunas señales de riqueza.

Aparece en un novísimo y robusto BMW que, probablemente, llegó a Gaza también por la ruta subterránea desde Egipto.

Jaldi es un comerciante de tierras, un buen negocio en la actualidad.

"La tierra en la Ciudad de Gaza ha subido de precio entre un 40 y un 50% al año durante los últimos años", señala.

Jaldi explica que una población que crece a un ritmo acelerado y el tamaño pequeño de Gaza hacen que la tierra sea una buena inversión.

El comerciante añade que los precios más altos son los de Ciudad de Gaza, lugar que se considera más seguro en caso de que estalle otra guerra con Israel.

Jaldi me lleva a la calle Omar al Muktar, donde se encuentra una de las principales mezquitas de la ciudad y el cercano mercado del oro.

Al parecer, es la zona donde las propiedades inmobiliarias son más caras en todo Gaza.

La calle Omar al Muktar no tiene demasiado atractivo. Pero un terreno aquí puede costar tanto como US$20.000 el metro cuadrado.

Una rápida mirada a los sitios de internet de agentes inmobiliarios internacionales hace comprender que este precio no estaría demasiado fuera de lugar en algunos de los barrios más exclusivos de Londres, París o Nueva York.

La pregunta es: ¿alguien puede permitirse comprar algo así?

Millonarios del túnel

Algunos de los pocos que pueden han forjado su fortuna en la frontera de Gaza con Egipto, en el sur de la franja.

No los polvorientos trabajadores que portan las bolsas de cemento desde bajo tierra, sino los jefes: aquellos que manejan la industria del túnel trayendo bienes de contrabando.

El comercio floreció bajo el continuo bloqueo de Israel y Egipto, que se estrechó cuando Hamás llegó al poder en Gaza.

En 2010, tras la presión internacional, Israel suavizó el bloqueo permitiendo la entrada de más bienes a Gaza, pero los materiales de construcción en particular permanecen estrictamente restringidos.

Israel, que dice que el bloqueo es una medida de seguridad para protegerse de militantes que se están armando en Gaza, teme que los materiales se usen con propósitos militares.

Pero el negocio del túnel ha hecho que un pequeño número de personas en Gaza, muchas de ellos con estrechos vínculos con el gobierno de Hamás, se enriquecieran mucho.

"El comercio a través del túnel entre Gaza y Egipto llevó a la aparición de lo que llamamos nuevos millonarios", dice Omar Shabban, un economista del grupo de expertos Palthink, con sede en Gaza.

"Estos nuevos millonarios, quizá 100 ó 200 de ellos, han sido capaces de acaparar mucho dinero en muy poco tiempo - digamos US$2 millones cada dos meses. Una cantidad enorme. La inversion más fácil y segura para ellos es la tierra", señala Shabban.

El economista sostiene que esta inversión es la causante de la rápida subida de precios.

Pero todo esto es algo de otro mundo para la mayor parte de los habitantes de Gaza, quienes, según cifras de Naciones Unidas, tienen como salario medio US$15 por día.

"Esto está fuera del alcance para el 99% de los residentes de Gaza. Aquí hay miles de familias que no tienen suficiente dinero para comprar comida para alimentarse todos los días. Es una situación irreal".

Shabban opina que el bloqueo de Israel y Egipto ha dañado a la gente común al tiempo que ha permitido florecer a unas pocas personas con buenas conexiones en el gobierno; y agrega que el alza en el valor de la tierra ha puesto de relieve la distancia entre quienes tienen y quienes no tienen.

"Esta es la razón por la que algunas personas en Gaza no desean que se levante completamente el bloqueo. Por eso algunas personas están contentas cuando se disparan cohetes contra Israel, porque así la frontera permanecerá cerrada. Israel está recompensando a esas personas y castigando a una mayoría", lamenta.

Y el problema sólo empeorará.

En Jabalia, uno de los barrios más pobres de la Ciudad de Gaza, se puede ver a niños por todas partes.

Los palestinos, que parecen darle mucha importancia a la educación, siempre tienen a los menores inmaculados.

Pero sus pequeños y elegantes uniformes escolares contrastan con las calles llenas de basura en las que juegan.

Más de la mitad de la creciente población de Gaza son niños. Un reciente informe de Naciones Unidas dice que habrá medio millón más de personas en esta diminuta franja de tierra para 2020.

Con toda probabilidad, el espacio sólo se hará más preciado.