26 de febrero. Las pifias retumban el Nacional. Como nunca antes durante el semestre, la hinchada de la U manifiesta su malestar. No es con el equipo, es con un jugador en particular: Gastón Fernández.
Los fanáticos, la U iguala sin goles ante el Everton, apuntan al volante como el responsable del bajo nivel del equipo. Lo acusan de pecho frío. Días antes, tres barristas se acercaron al CDA para encararle y pedirle que abandonara la institución, La Gata, cansado de los cuestionamientos, no se calló. Les contestó que si lo querían fuera del club, pese a que su contrato terminaba en junio de 2018, conversaran con Carlos Heller. Porque él se iba.
Y pocos días después la historia se terminó de sellar. Arregló su desvinculación y apareció posando con la camiseta de Gremio de Porto Alegre, en twitter. Su venta dejó a Azul Azul casi US$ 600 mil y un inesperado interruptor motivador que ejerció de punto de inflexión y de reactivo. "Ronald Fuentes nos dijo que no nos preocupáramos. Que había un jugador que podía sustituir a Gastón sin problemas, pero que tuviésemos calma", dice un diretor de la concesionaria.
El nombre del reemplazante fue Felipe Mora, a la postre el hombre clave del campeonato. Desde que la Gata dejó de vestir la camiseta estudiantil, la U levantó. En sus cuatro partidos con la Gata durante el semestre, anotó una victoria, dos derrotas y un empate. Las fechas posteriores a su partida, ocho victorias, dos empates y sólo una derrota.
La salida de Gastón Fernández comenzó a planificarse en enero. Nunca estuvo a gusto con la dupla técnica conformada por Víctor Hugo Castañeda y Luis Musrri. Es más, con VH se enfrentó, luego que éste criticara su entrega y lo liquidara, luego de un superclásico, ante la poca paciencia de los fanáticos. "No está arrepentido de haberse ido de la U. Sabe que el destino de la vida es así. Tiene que pasar una cosa, para que suceda otra. Su salida dio variante para que otro jugador apareciera. Gastón se quería mudar desde principio de año, decía que la hinchada estaba muy impaciente con él", dice Sergio Bassi, su representante, a La Tercera.
Su primer intento fue Estudiantes de la Plata, club del que es ídolo. Sin embargo, por estar fuera de plazo, no pudo ser inscrito. "Las pifias ante Everton fueron clave para sellar su partida. No quería salir de la U por los compañeros y el técnico. Me dice que Hoyos sabe mucho de teoría. ", agrega su agente; "Fernández no está acostumbrado a las pifias. No lo entiende. Ha tenido en la banca a dos jugadores tremendos como Darío Conca y Montillo, dos cracks del fútbol mundial".
"Fuimos puteados y malcomprendidos', eso me dice la Gata. Me comentó que necesitaban de alguien que los ordenara, con un patrón de juego, y ése fue Hoyos. Cuando estaba la dupla técnica, uno le decía que atacara y otro que defendiera. Nunca recibió una pelota limpia para convertir, siempre tenía que bajar mucho. Así no se puede. Pera nada que ver que la salida de la Gata tenga que ver con el alza del equipo. Hoyos es un gran técnico y era lógico que los resultados llegarían", comenta Bassi.
Ayer, desde Curitiba, la Gata siguió el duelo como un hincha más de al U. Aún mantiene contacto con algunos jugadores, como Matías Rodríguez y Lorenzetti. "Lo conversamos hace dos o tres días. Está muy contento por el momento de la U. Tiene un afecto muy especial y de mucho amor por el técnico y sus compañeros. Le costó irse por eso. El otro día me comentó que si se hubiese quedado, quizás estaría ahí y hubiese salido campeón".