El famoso Altar de Pérgamo en Berlín permenecerá oculto hasta 2020
La monumental construcción considerada por muchos la octava maravilla del mundo antiguo, será sometido a una profunda restauración de por lo menos cinco años.
Largas colas se formaron hoy ante el Museo de Pérgamo de Berlín para admirar por último día a una de las principales atracciones de la capital alemana, el altar de Pérgamo, que será sometido a una profunda restauración de por lo menos cinco años, hasta 2020.
El Altar de Pérgamo es considerado por muchos expertos la octava maravilla del mundo antiguo. Es, junto al busto de la reina egipcia Nefertiti, la pieza más valiosa del patrimonio cultural antiguo de Berlín.
La monumental construcción fue erigida en la segunda mitad del siglo II antes de Cristo en Pérgamo, la ciudad del Asia Menor fundada por Alejandro Magno a orillas de la costa actual de Turquía.
El ingeniero alemán Carl Humann lo descubrió en excavaciones inoficiales en la localidad turca de Bergama, en 1887. El friso del altar fue cedido por las autoridades turcas a los museos de Berlín en una decisión que hasta hoy es motivo de controversia.
El altar con su gigantesca escalinata y su pórtico tiene un friso de 113 metros de largo por 2,3 de alto que presenta en 116 placas de relieve escenas de divinidades griegas.
Para albergarlo fue construido en 1930 el museo que lleva su nombre y que se encuentra en la llamada Isla de los Museos en pleno corazón histórico de Berlín.
La medida ha desatado polémica en la capital alemana. "En el Louvre, en el Prado y en el Eremitage se están tirando de los pelos", criticó el escritor Gerhard Falkner en un artículo para el diario berlinés "Tagesspiegel". "Cinco años son más que los que necesitó la humanidad salida de quicio para librar la Primera Guerra Mundial y derribar a la Vieja Europa".
Pero la responsable de las obras, la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, defiende el proyecto. "La construcción se encuentran en un estado muy malo, el equipamiento técnico está obsoleto y demanda con urgencia ser saneado", señaló en charla con dpa el presidente de la entidad, Hermann Parzinger.
Parzinger explicó que se estudió la posibilidad de mantener abierta la sala del altar durante los trabajos. "Pero es imposible por motivos propios de la restauración y por razones de seguridad para el público y la obra".
La restauración del altar de Pérgamo no afectará a todo el museo, que el año pasado fue visitado por 1,3 millones de personas. Los turistas podrán seguir admirando atracciones de gran valor como la puerta del mercado de Mileto o la puerta de Ishtar, de la antigua Babilonia.
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