El FBI investigará acusaciones que apuntan a que la empresa News Corporatión de Rupert Murdoch habría también escuchado ilegalmente conversaciones telefónicas de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre del 2001 en EEUU.

"Estamos examinando las acusaciones vertidas en la carta de Peter King ayer", dijo una fuente de la Oficina Federal de Investigación, quien pidió no ser identificada.

King, un congresista republicano, pidió una investigación sobre este caso. "De acuerdo con informes recientes, periodistas que trabajaban para News of the World solicitaron a un policía de Nueva York el acceso a los archivos telefónicos de las víctimas del 11-S", aseguró el legislador en la misiva.

King afirmó que quienes ejercían ese "periodismo amarillo" trataron de violar la privacidad de quienes sufrieron los ataques terroristas a través de "sobornos" y "escuchas no autorizadas".

La presión por investigar las prácticas de los medios de la compañía del magnate australiano, se hizo más fuerte el martes cuando el influyente senador demócrata de Virginia Occidental, Jay Rockefeller, realizó una comparecencia pública en la que instó a las autoridades investigar a la compañía para "asegurar que no se ha violado la intimidad de ciudadanos estadounidenses".

"Las supuestas escuchas de los periódicos de News Corporation contra una gama de individuos, incluidos niños, son ofensivas y una transgresión grave de la ética periodística", apuntó entonces.

La presión de ambos políticos y el anuncio del FBI, se produce el mismo día en que se conoce que Murdoch, líder del imperio mediático, y su hijo, James Murdoch, comparecerán finalmente el próximo martes ante una comisión del Parlamento británico para declarar en el caso de las escuchas ilegales practicadas por sus periódicos.

En Reino Unido el espionaje periodístico cometido por News of the World -que publicó su última edición el pasado domingo-, ha desatado un escándalo mayúsculo, tras las revelaciones de que las escuchas estuvieron dirigidas contra personalidades de la talla de la reina Isabel y el exprimer ministro británico Gordon Brown. Lo sucedido fue descubierto en 2007 en una investigación interna del grupo News International (NI) de Rupert Murdoch, propietario del tabloide, aunque no fue hasta junio pasado cuando esa información fue transmitida a la policía.