El fin de Windows
Fue el programa que democratizó la computación e hizo millonario a Bill Gates, pero a 30 años de su debut, Microsoft prepara una radical reingeniería que acabará con el clásico formato de su software insignia.
Ahora mismo estamos lanzando Windows 10 y como será la última versión, seguimos trabajando en Windows 10". La reflexión no proviene de cualquier empleado de Microsoft. La promulgó Jerry Nixon, desarrollador estelar de la compañía en la conferencia Ignite, la semana pasada en Chicago.
Lo que precisamente Nixon está anunciando, ya lo había adelantado de alguna manera el propio Satya Nadella, CEO de la empresa, durante la feria Build 2015. Windows 10 será la última versión. No habrá ni 11, ni 12 ni siquiera 10.1.
No es el fin del programa en si, sino más bien una reingeniería. Sucede que la empresa quiere hacer un giro en su modelo de negocios. Por ello, ya no tendrá a un escuadrón de ingenieros desarrollando la próxima versión, como había ocurrido con los modelos predecesores, sino que ahora, el mismo destacamento de expertos trabajará en mejoras contínuas del programa, que en rigor ya no será un software de venta masiva, como en las anteriores versiones, sino un servicio, que se actualizará permanentemente. Un servicio probablemente albergado en la nube, a la que los usuarios solamente se suscribirán, sin tener que comprar el programa. Tal como hoy lo hace Apple con su Mac OS. El negocio ya no está en la venta del programa, sino en todos los servicios pagados anexos que éste puede ofrecer. Una baraja de apps, listas para ser descargadas en cualquier dispositivo.
Actualizaciones periódicas
Según un artículo de la revista especializada The Verge, en lugar de grandes lanzamientos, habrá mejoras y actualizaciones periódicas. Parte de esto se logra mediante la división de componentes del sistema operativo, como el menú Inicio y aplicaciones integradas, para que estas partes separadas se pueden actualizar de forma independiente a todo el sistema operativo de Windows, pensando en los múltiples tipos de dispositivos que hoy manejan los usuarios.
Programas asociados a Windows, como Office o Outlook, también serán de actualizaciones periódicas.
Será un producto en permanente revisión y evolución, que ya no se renovará cada ciertos años. Por eso, ya no hay que verlo como un software, sino como un servicio en continua evolución, un modelo de desarrollo que ejecutan, otras empresas, como por ejemplo Apple o Adobe.
Ingenieros de Microsoft han definido a Windows 10 como un puzzle, al que siempre se le pueden ir incorporando nuevas piezas.
Pese a que los propios ejecutivos han dado señales de este nuevo cambio en el modelo de negocios de la compañía, la empresa no ha querido divulgar muchos detalles. "No estamos hablando de futuros nombres de la marca Windows en este momento, pero los usuarios pueden tener confianza en que Windows 10 permanecerá actualizado y será el corazón de de una gran variedad de dispositivos desde computadores a teléfonos, mesas táctiles o los lentes Hololens y la consola Xbox. Esperamos un largo futuro de innovaciones en Windows", comentó la empresa a The Verge a través de un comunicado.
Sólo Windows
La idea, dicen en la industria, es que los usuarios ya no se preocupen de una versión en particular, sino que tengan en sus manos solamente Windows, un servicio que le permitirá una serie de garantías, así como nadie se preocupa qué versión de Adobe Reader tiene, sino solamente de aceptar las actualizaciones. Ahora el usuario ya no tendrá instalado el Windows 10 o el Windows 8. Solamente tendrá Windows.
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