Era noviembre de 2013. En una oficina del sector de El Golf, se revelaba la maqueta de uno de los proyectos más importantes del último tiempo en el deporte motor nacional. Se hacía la presentación del circuito del Motorpark de Colina, un emprendimiento que, luego de cuatro años de trabajo, daba su primer gran paso.

Hoy, la alegría de ese momento dista de lo que sucede ahora, donde las intenciones de convertir la maqueta en realidad se han quedado sólo en eso.

Las razones de las rencillas que tienen al borde del fracaso al Motorpark y dejarlo en el archivo de ideas llevan casi un año y tienen origen casi en el mismo punto en que el proyecto nació.

En 2009, el ex piloto y arquitecto César 'Chachi' Ramos presentó un proyecto a los ex dueños de la Universidad de Las Américas Carlos Joui y Sergio Aguilera. La idea era que éstos últimos fueran socios inversores de la idea que el ex campeón latino de moto trial venía gestando desde principios de la década. Ambos aceptaron la propuesta y forman la sociedad RPMmotorsport.

Seis años después, Colina sigue sin Motorpark. Y parece que seguirá así. "Carlos no ha respetado los acuerdos y compromisos adquiridos en 2009", acusa Ramos, quien alega ser el ideólogo y quien se acercó a ambos para que fueran accionistas del proyecto.

"Como yo conocía más de esto, me nombraron unánimemente como director general y me dejaron a cargo de las vocerías, la gestión general y los contactos internacionales", cuenta Ramos.

Así fue como, según Chachi, llegaron a trabajar como asesores nombres ligados a los motores, como Esteban Gutiérrez, piloto mexicano de Fórmula Uno; el estadounidense Kevin Schwantz, leyenda del motociclismo mundial,  y el fallecido Carlo de Gavardo. Además, hablaron con autoridades comunales y regionales y contactaron a la oficina del arquitecto alemán Hermann Tilke para que armara el masterplan del circuito, de 4.032 metros de largo, y del complejo de unas 100 hectáreas, donde habría una pista de karting de 1.200 metros, canchas de fútbol, una laguna y un parque.

RPMmotorsport apostaba a traer el Mundial de karting para darse a conocer. Luego, aumentar los objetivos y, eventualmente, traer el MotoGP, algo que también intentó sin éxito el Autódromo Internacional de Codegua.

Pero las buenas ideas se fueron diluyendo.

El factor Codegua

El recinto de la Sexta Región, actualmente clausurado, fue curiosamente el punto detonante de la crisis. Al lado del AIC, que traía el SúperTC 2000 argentino y ya hacía carreras, Motorpark aún peleaba con los permisos. Incluso se defendían con el adagio de "lento, pero seguro".

En diciembre, tras la visita de la categoría transandina, Codegua es clausurado por problemas medioambientales y en RPMmotorsport debatieron cómo afrontar la situación y entre Joui y Ramos tuvieron sus diferencias. El primero quería aprovechar la contigencia para promocionar Colina y criticar el AIC; el segundo no.

Los tratos entre ambos siguieron tirantes. La sociedad iba a crear empresas encargadas de desarrollar diversos proyectos paralelos al Motorpark y, según Ramos, en las reuniones de 2009 se zanjaron los roles de cada uno.

Sin embargo, el ex motociclista acusa que se fue dando cuenta de que las empresas personales de Joui tenían mayor presencia que las que debían tener las de la sociedad, lo que no le gustó.

"Pedí las explicaciones del caso, de por qué sucedía esto, que no era lo que habíamos conversado. Carlos me dijo un día que me retirara y que no tenía más acceso a la oficina", narra Ramos. "Hablé con otros socios y sus abogados y me dijeron, luego de algunas reuniones, que no había nada que hacer", agrega.

El quiebre era total.

De eso ha pasado un año. "No he vuelto a hablar más con Carlos. Con Sergio he hablado un poco más, pero no he tenido mayores avances. No me queda otra opción que defender, como autor, gestor y socio, mis legítimos derechos ante una persona que quiere desligarme injustificadamente de mi proyecto", alega Ramos.

Futuro incierto

El quiebre entre los dos amenaza con el futuro del Motorpark. Ramos asegura que la idea, diseño y concepto del autódromo es suya, "pero el terreno está a nombre de una empresa de Carlos", dice.

Por esta razón, el circuito, a juicio de Ramos, "es imposible que se haga ahí. El proyecto está muerto en Colina", aunque, como dice que es su idea, si encuentra otro terreno se podría ejecutar ahí, con la consecuente pérdida de tiempo.

Hay dos posibilidades de arreglo. Uno, a través de un acuerdo amistoso, pero es improbable. Dos, en tribunales, donde Ramos está dispuesto a llegar. "Mis abogados están evaluando las acciones", dice.

¿Y por qué ahora, después de un año de crisis, actúa? "Quise ser respetuoso a mis socios y al proyecto y porque creo que las cosas debían decantar, pasar un tiempo, más aún cuando mi voluntad fue salir adelante", argumenta.

La Tercera intentó contactar a Joui, quien está en el extranjero, a través de la agencia de comunicaciones que representa a la sociedad, pero no obtuvo respuesta. Asimismo, Aguilera declinó referirse a esto y aseguró que "nunca he estado ligado al Motorpark".