"El espíritu de cooperación es la única manera de avanzar", subrayó la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en el discurso que abrió la reunión plenaria de la Junta de Gobernadores que hoy celebraron ambos organismos en la capital nipona.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) llamaron hoy a la colaboración de sus miembros como la "única manera" de sortear la crisis, en una reunión anual en la que el ritmo de aplicación de los programas de ajuste en Europa avivó los debates.

Mediante dicha cooperación, Lagarde consideró que deben superarse tres desafíos: dejar atrás la crisis para recuperar el crecimiento y acabar con el "azote" del desempleo, reducir las desigualdades y, por último, completar la reforma del sistema financiero, pese a los altos costes que critican algunos sectores de la industria.

En este último aspecto destacó los progresos en lo referente a mejorar las reservas de capital y liquidez, aunque admitió que se está "perdiendo impulso" para ejecutar lo pactado y citó asignaturas pendientes como los "derivados, los bancos en la sombra y las instituciones demasiado grandes como para quebrar".

El organismo, que mañana celebra la reunión de su Comité Monetario y Financiero, insistió en pregonar, una jornada más, su fórmula revisada para afrontar la recuperación.

Esto pasa entre otras cosas por fomentar el crecimiento y las políticas acomodaticias y aplicar programas de ajuste "realistas" y "al ritmo adecuado", en referencia al impacto que las medidas de austeridad han tenido en España, Grecia, Portugal o Italia.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, apoyó por su parte el rumbo de las reformas en Europa, donde consideró que las mayores incertidumbres se habrán superado "en un año".

En un debate organizado en el marco del encuentro tokiota el político germano dijo que, desde su perspectiva, los planes de austeridad son políticas fiscales estables y que "preocuparse siempre por las protestas" impide ejecutar medidas de sostenibilidad.

"Muchos han protestado por las reformas laborales. Pero el caso es que en varios países han disminuido los costes laborales", afirmó.

Por su parte, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, consideró que las últimas previsiones negativas del FMI sobre España "en absoluto invalidan" el esfuerzo de consolidación fiscal en el país, y recordó que las medidas adoptadas han sido bien recibidas por el Eurogrupo.

"La proyecciones del FMI no están escritas en bronce, y ahí está todo el plan de actuación del Gobierno en medidas de política económica de reducción del déficit público, del fomento del crecimiento económico", añadió.

El responsable español de Economía recalcó de nuevo en Tokio que el Gobierno "elegirá el momento que considere más adecuado para tomar una dirección u otra" con respecto a solicitar la asistencia del programa de compra de bonos (OMT) del Banco Central Europeo, y que en ese sentido no ha habido "la más mínima presión".

También insistió en que el Ejecutivo de Mariano Rajoy "no se va a mover en función de lo que digan las agencias de rating" al referirse a la reciente rebaja de la nota de la deuda española por parte de Standard & Poor's, con la que se ha mostrado en desacuerdo, al igual que hizo hoy Schäuble.

En paralelo a las asambleas, los ministros del G8 aprovecharon para mantener un encuentro en el que estudiaron la situación en los países que han vivido la Primavera Árabe y acordaron una asistencia financiera de 164 millones de dólares (126 millones de euros) a Egipto, Libia y Túnez para apoyar la transición.

Sin embargo, el monto total está muy por debajo de los 250 millones de dólares (192 millones de euros) barajados inicialmente por algunas partes para establecer este Fondo de Transición para Oriente Medio y Norte de África.