UN martirio". En eso se ha convertido para la Corona española, en palabras del jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, la investigación judicial que tiene imputada a la infanta Cristina por un presunto delito fiscal y de blanqueo de dinero, caso por el cual debe comparecer hoy ante un juez de Baleares. El escándalo que afecta a la hija menor del rey Juan Carlos, la primera integrante de la familia real que rinde cuentas ante la justicia y que, de ser hallada culpable, podría verse sometida a una condena que rondaría los 11 años de prisión, no ha hecho más que profundizar la caída en la valoración de la monarquía, al punto que, por primera vez, sólo la mitad de los españoles respalda a esta institución como forma de Estado para el país.
"Los próximos 12 meses se adivinan así cruciales para la atormentada Corona española", afirmó en enero pasado el diario madrileño El Mundo, luego de publicar una encuesta con negativas cifras para la Casa Real. Según este sondeo, en el último año el apoyo al reinado de Juan Carlos cayó casi nueve puntos (sólo cuenta con un 41,3% de respaldo), mientras que el porcentaje de españoles que piden su abdicación subió 17 puntos (62%). De igual forma, por primera vez el respaldo a la monarquía como forma de Estado no pasó del 50% (49,9%). Las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) también muestran que la Corona ha sufrido un progresivo desgaste. La valoración ciudadana de la monarquía se ha derrumbado desde una nota de 7,4 (de un máximo de 10), en 1994, hasta el famélico 3,68 registrado en mayo pasado. Esta última encuesta se realizó entre el 1 y 8 de abril de 2013, en medio de la imputación de la infanta Cristina por el caso del Instituto Nóos. Hasta 2004, la monarquía ocupó tradicionalmente el primer puesto en el barómetro del CIS como institución que más confianza ofrecía a los españoles. Desde entonces la tendencia ha sido inevitablemente a la baja.
"El detonante ha sido el gran escándalo de corrupción provocado por (el yerno del rey, Iñaki) Urdangarin", explicó a La Tercera en 2012 el experto español en temas de realeza, Ricardo Mateos. Iñaki Urdangarin, el antiguo medallista olímpico de balonmano con el que la infanta Cristina está casada desde octubre de 1997, enfrenta desde 2011 la imputación por fraude, evasión fiscal y falsificación documental, entre otros delitos, por desviar cerca de seis millones de euros de fondos públicos a través del Instituto Nóos, una fundación presuntamente benéfica. El duque de Palma enfrenta así cargos que podrían costarle 23 años de prisión.
El "caso Nóos", la empresa que presidía Urdangarin, "ha sido un problema enorme para la monarquía desde el principio. Lo que ocurre es que al centrarse en la figura de la infanta, el daño se incrementa", por ser la primera vez que un miembro de la familia real "tiene que dar cuentas ante la justicia", explicó a France Presse Ana Romero, corresponsal del diario El Mundo en la Casa Real.
El deterioro de la imagen de la Casa Real se agravó con el costoso y polémico viaje del rey Juan Carlos a Botswana para cazar elefantes en 2012, que sorprendió en una España golpeada por la crisis económica. Las disculpas presentadas entonces al país por el monarca y el alejamiento de Cristina y su esposo de las actividades oficiales de la familia real consiguieron encauzar el problema y ya no es tabú hablar de una eventual abdicación en favor del príncipe Felipe, que encarna a sus 46 años la esperanza de la monarquía. Según el sondeo de El Mundo, un 56,6% de los españoles cree que el hijo del rey, una vez que lo suceda, podrá recuperar el prestigio de la Corona.