Su padre y abuelo crecieron jugando al béisbol, pero Maikel Barrios, un cubano de 18 años, prefiere el fútbol, deporte que ya le anotó su primer gol a la "pelota" al disputarle las calles de la isla.
Barrios estudia Cultura Física, y organiza cada tarde un partido de fútbol en su calle del barrio habanero del Vedado, que puede extenderse "hasta que se apaga el sol o llueva", usando como porterías las patas de una vieja mesa de hierro y el mismo descuerado balón de hace dos años.
"Es extraño el día en que no jugamos", explica Barrios, hincha del Barcelona y de su astro Leonel Messi, mientras asigna las posiciones de su equipo, integrado por jóvenes vecinos.
En la isla, donde el béisbol es deporte nacional y desata pasiones -Cuba atesora tres títulos olímpicos y 25 coronas mundiales-, la creciente fiebre del fútbol se disparó con el Mundial de Brasil, transmitido en vivo por la televisión estatal y en grandes pantallas de cines.
Casas y autos exhibieron entonces banderas de los equipos preferidos. Centros de diversión juveniles y bares, se convirtieron en escenarios de apasionadas controversias.
"Es verdad que hay un auge en la práctica del fútbol en Cuba. Usted sale por la autopista (nacional) y ve a niños jugando al costado de la carretera, y eso no se veía antes", declaró el comisionado nacional de fútbol, René Pérez, que también es fanático al béisbol.
Messi al bate
Con orgullo, Pérez sostiene que el balompié "se está jugando en todas las escuelas de Cuba, porque hay profesores de fútbol en los 168 municipios del país".
A pesar de eso, Barrios y sus amigos conocen muy bien a las estrellas europeas del fútbol, pero no pudieron mencionar a ninguna nacional.
En el deportivo del Mónaco, en el centro geográfico de la ciudad, ambos deportes comparten terreno. Algunos "peloteros" juegan con camisetas del número 10 de Messi.
Carlos Tabares, capitán del club Industriales, el más ganador de la pelota cubana (béisbol), admitió que "se está jugando más fútbol que béisbol en las calles", lo que "podría debilitar al béisbol".
Con una liga amateur de bajo nivel en la zona Concacaf, el fútbol cubano es aún un deporte de pobres resultados, que sólo participó como invitado en el Mundial de Francia 1938, su mayor logro hasta ahora.
Golpeado por deserciones y falta de fogueo internacional, el once cubano vivió su mejor momento al timón del DT peruano Miguel Company (2000-2004), cuando llegó a la segunda fase de la Copa de Oro, y empató dos veces con Costa Rica en la eliminatoria mundialista.
"El auge del fútbol es un fenómeno global, pero hay que analizar otros factores", entre ellos que "los jóvenes cubanos están viendo en la televisión el mejor fútbol del mundo, pero no el mejor béisbol del mundo", dijo Renier González, el mejor comentarista de fútbol de la televisión local.
A partir de España 1982, la televisión comenzó a transmitir algunos partidos de los Mundiales de fútbol, pero actualmente pasa en vivo o en diferido, incluso los encuentros de las principales ligas europeas.
En cambio, los partidos de las Grandes Ligas se comenzaron a transmitir en la isla en julio de 2013, pero solo los que no incluyen a beisbolistas cubanos considerados desertores.
A esa razón se suma "que la pelota no gana un evento de primer nivel desde el Mundial de Holanda 2005" y que "el béisbol es un deporte más caro que el fútbol", aseguró el gastronómico Orlando Duboy, de 44 años, en la "Esquina Caliente" del Parque Central de La Habana, que congrega a acalorados fanáticos del béisbol.
De todas maneras, el último round de esta pelea aún no llegó, y cuando arranque la serie nacional de béisbol, el próximo día 21, varios futbolistas guardarán sus balones y desempolvarán los guantes y los bates.