Asumiendo que sus arpones puedan funcionar como está planeado y su batería se mantenga con energía, durante los próximos dos días, Rosetta y Philae comenzarán su misión científica primaria, que incluye una vista panorámica del sitio de aterrizaje, una sección en 3D, imágenes en alta resolución de la superficie bajo el módulo de aterrizaje y el análisis de la composición del cometa, entre otras tareas.
Philae tomará muestras a 23 cm de profundidad, las que analizará en su laboratorio a bordo y, junto al orbitador, continuarán analizando el interior del cometa. "Rosetta está tratando de responder a las muy grandes preguntas acerca de la historia de nuestro Sistema Solar. ¿Cuáles fueron las condiciones en su infancia y cómo evolucionó? ¿Qué papel desempeñaron los cometas en esta evolución? ¿Cómo funcionan los cometas?", señaló Matt Taylor, científico del proyecto, en un comunicado.
Paul Weissman, astrofísico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la Nasa, es uno de los científicos que ha estado recibiendo datos de la misión desde agosto. Weissman cuenta a La Tercera que ya están haciendo los primeros descubrimientos sobre la composición de la nebulosa solar, la nube de gas y polvo donde se habría formado el Sistema Solar. "Nos está diciendo qué elementos y moléculas estaban allí en el comienzo del Sistema Solar. Tenemos medida, por primera vez, la densidad de un núcleo del cometa a alta precisión. El valor, 0,43 g/cm3, es menos de la mitad de la densidad del hielo de agua y nos dice que en el interior del núcleo tiene un montón de espacio vacío, lo que llamamos porosidad", cuenta. "Hay tantas cosas que estamos aprendiendo acerca de los cometas y de lo que nos pueden decir sobre el origen del Sistema Solar", agrega.
Se espera que Philae funcione hasta marzo de 2015, tras lo cual la temperatura en su interior será demasiado alta para seguir operando, debido a su proximidad con el Sol. "Queremos mantener el módulo de aterrizaje con vida durante tanto tiempo como sea posible, para que nos pueda decir cómo cambia el cometa a medida que se acerca al Sol", dice Weissman.
La distancia más cercana al astro la alcanzarán en agosto del próximo año. Para entonces, será Rosetta la que continúe el seguimiento. Lo hará hasta fines de 2015.
El cometa elegido
El cometa 67P/ Churyumov-Gerasimenko fue escogido, en gran parte, porque era más fácil alcanzarlo que a otros cometas de periodo corto, pues la distancia a él requiere que la nave necesite menos energía.
Stanley Cowley, científico planetario de la U. de Leicester (Reino Unido) y quien trabajó en las etapas de planificación de Rosetta, explica que la órbita del núcleo del cometa debe ser conocida con precisión y tiene que estar en el lugar correcto en (más o menos) el momento adecuado. "Sólo los cometas periódicos satisfacen el primer punto y estos tienden a viajar entre la órbita de Júpiter y de la parte interior del Sistema Solar", dice a La Tercera.
El objetivo es encontrarse con ellos en la órbita externa, cerca de Júpiter, donde el núcleo es frío y no está activo por el calor del Sol. "Originalmente, la fecha de lanzamiento era a principios de 2003 y el objetivo era 46P / Wurtanen. Sin embargo, hubo un retraso de un año por una falla del cohete Ariane en 2002, y el objetivo tuvo que ser cambiado", cuenta.
Cowley agrega que por ahora el desafío es confirmar que los arpones de la nave fueron exitosamente disparados, para mantenerse firme a la superficie. "Mientras eso esté asegurado, el resto del programa será (relativamente) más fácil", asegura.
Olor a huevos podridos
El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, nombrado en honor a sus descubridores, los astrónomos ucranianos Klim Churyumov y Svetlana Gerasimenko, fue visto en 1969. El 67P es por ser el 67° cometa de periodo corto descubierto. La ESA dijo que por el análisis de las sustancias a su alrededor, el olor que despide es similar a un huevo podrido, por la mezcla de amoniaco, metano y cianuro de hidrógeno, entre otros.