Como todas las tardes, el ministro en visita Víctor Montiglio (65 años) salió del Palacio de Tribunales a almorzar a algún restaurante del centro de Santiago. Mientras, su equipo se desplazaba para notificar el procesamiento a 129 ex uniformados encausados por los casos Caravana, Cóndor, Colombo y Conferencia. Con esto, el juez obtenía el récord de dictar el mayor procesamiento registrado en causas de derechos humanos.
Un escenario que hace cinco años era impensable para las agrupaciones y los abogados de DD.HH. que fueron los principales detractores de que Montiglio heredara las causas que investigó el retirado juez Juan Guzmán Tapia, ya que tenía fama de ser cercano a la derecha y era abierto partidario de la aplicación de la Ley de Amnistía.
En junio de 2005 absolvió a la cúpula de la Dina por el crimen de la militante MIR Diana Aron, desechando la tesis del secuestro permanente.
El PC y el PPD amenazaron con recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para sacarlo de los casos. Pero la molestia fue mayor cuando el 2006 resolvió absolver al general (R) Sergio Arellano Stark en uno de los episodios del caso Caravana de la Muerte.
Sin embargo, con el avance de las investigaciones las organizaciones de DD.HH. comenzaron a observar con otros ojos la labor del magistrado.
Reconocido como un juez discreto y acucioso, fue avanzando rápidamente en las causas que estaban trabadas desde hace años en las manos de Guzmán. Montiglio comenzó a dictar procesamientos y realizar diligencias inéditas, como carear a Augusto Pinochet con el jefe de la Dina, Manuel Contreras.
Pero su mayor golpe lo dio al descubrir el 2007 el cuartel que el organismo represor tenía en la calle Simón Bolívar. Según sus cercanos, este episodio lo marcó en lo personal y significó un punto de inflexión en su carrera.
Su trabajo lo ha convertido en uno de los ministros mejor evaluados de la corte. Es de los primeros que llegan al palacio y suele trabajarhasta después de las 18.00 y algunos sábados en sus dos oficinas, donde tiene un registro personal escrito a mano de todas sus investigaciones.
En julio fue designado inte-grante de la quina para reemplazar al juez Ricardo Gálvez en la Corte Suprema.
Según el abogado de DD.HH Hugo Gutiérrez, "es un juez que investiga muy bien y ha tenido la agudeza para identificar a los culpables. Pienso que sería un buen ministro de la Suprema". Para la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, "es un excelente juez, pero aún tenemos que esperar que dicte las condenas".