Las autoridades de Fiyi anunciaron que enmendarán el proyecto de nueva Constitución del país tras rechazar la propuesta elaborada por un panel de expertos por considerarla contraria a la democracia, según informó hoy la prensa local.
El gobierno militar encargó el año pasado a un grupo de académicos encabezados por el keniano Yash Ghai una nueva Carta Magna, cuya aprobación debe ser el paso previo a la convocatoria de elecciones previstas en 2014.
El presidente fiyiano, Ratu Epeli Nailatikau, calificó de "decepcionante" y "anatema a la representación democrática" un borrador al que acusó de anclar Fiyi en el pasado marcado por las tensiones raciales entre la población autóctona y la comunidad india llegada durante el dominio colonial británico.
"Desgraciadamente, ha sucumbido a los caprichos de unos cuantos que tienen interés en perpetuar las divisiones en nuestra sociedad", dijo Ratu Epeli en un mensaje televisado anoche.
También rechazó la formación de un gobierno de transición hasta las elecciones que sustituya al que encabeza el primer ministro, Frank Bainimarama, en el poder tras liderar como jefe de las Fuerzas Armadas un golpe de estado en 2006.
Ratu Epeli advirtió que el borrador proponía eliminar reformas para la protección de inversiones introducidas por el Gobierno de Bainimarama, lo que habría provocado "una ruina y una catástrofe financiera y económica".
El presidente, que defendió partes del borrador referidas a derechos fundamentales y buen gobierno, aprobó un decreto para modificar el proceso de aprobación del texto constitucional que debía debatirse la semana próxima en la Asamblea Constituyente.
El Partido Laborista de Fiyi calificó el rechazo del proyecto como un "fraude" a los fiyianos y lo atribuyó a la intención del régimen militar de perpetuarse en el poder, informó Radio New Zealand.
En su alocución de Año Nuevo, el comodoro Bainimarama anunció que la nueva Constitución estará lista en el primer trimestre de este año para celebrar elecciones democráticas en 2014, cinco años más tarde de lo que se había comprometido en su día con la comunidad internacional.
Fiyi, en el Pacífico sur, tiene una población de 800.000 personas y ha vivido desde su independencia, en 1970, cuatro golpes de Estado producto del desigual reparto de poder entre la mayoritaria comunidad de origen fiyiano y la descendiente de los inmigrantes indios llevados al país para trabajar en las plantaciones.