Caída del 3% del PIB, poder adquisitivo de los hogares en descenso y nuevas fugas masivas de capital: el gobierno ruso presentó este sábado un pronóstico negro de lo que espera a Rusia este año, tras meses de aislamiento y sanciones.
Casi once meses después de la anexión de Crimea, las grandes empresas públicas del país han visto cómo se les cierra la financiación en los mercados internacionales, debido a las sanciones occidentales.
Asimismo, la espectacular pérdida de valor del crudo en los últimos seis meses ha afectado duramente al principal sector de actividad de la economía rusa y también a sus ingresos presupuestarios.
El hundimiento de la moneda, que ha perdido la mitad de su valor frente al dolar en un año, degeneró a finales de 2014 para convertirse en una crisis monetaria sin precedente desde la llegada al poder de Vladimir Putin hace 15 años, con la población retirando sus depósitos de los bancos y un conato de inflación.
Si la actividad económica en Rusia resistió el año pasado, con un aumento del PIB del 0,6 %, las autoridades advirtieron de que los próximos meses se anuncian negros, y que deberán adaptar sus previsiones económicas al empeoramiento de estas últimas semanas.
"Hemos introducido nuevas previsiones para 2015 que prevén el mantenimiento de la cotización petrolera actual, de 50 dólares el barril, para todo 2015", explicó el ministro de Economía Alexei Uliukaiev, precisando que su previsión era menos pesimista que la de muchos especialistas.
"Esto implica una caída del PIB ruso significativa, del orden del 3%", explicó. La anterior previsión del gobierno contemplaba un descenso del 0,8%.
El ministro advirtió de que las fugas de capital, que el año anterior alcanzaron un nivel récord para la Rusia postsoviétiva de 150.000 millones de dólares, podrían alcanzar los 115.00 millones en 2015, que las inversiones podrían caer un 13% y la producción industrial, disminuir un 1,6%.
MEDIDAS SOCIALES
Sobre todo, el gobierno prevé una caída del 8% de la venta minorista, frente al incremento del 2,5% del año pasado, signo de que los hogares se verán especialmente afectados por la crisis.
La inflación, dopada por el hundimiento del rublo y el embargo sobre la mayor parte de los productos alimentarios europeos y estadounidenses, ya ha traspasado el 13% en ritmo anual y se espera un pico en primavera, según los expertos, de entre el 15 y el 20%.
El descenso de los precios al consumo podría moderarse al 12% a fin de año, los ingresos reales de los hogares podrían caer más del 9% en 2015, según el gobierno.
"La situación económica será dolorosa en los próximos meses", dijo a la AFP el economista Chris Weafer, de la consultoría Macro Advisory, quien considera las previsiones del gobiernos ruso "razonables, dadas las circunstancias y las dificultades a las que se enfrenta la economía rusa".
"Pero creo que el gobierno va a minimizar las repercusiones sobre los jubilados y los funcionarios indexando sus salarios y las pensiones", agregó.
El gobierno acaba de presentar un plan de apoyo a la economía, que prevé inyecciones en el sistema bancario, ayudas dirigidas a ciertos sectores como la agricultura o la defensa, u una indexación de las pensiones en base al nivel de inflación a partir de febrero.
Los severos recortes presupuestarios previstos para adaptarse a la crisis (5% anual durante tres años) no afectan a las subidas salariales de los funcionarios y pensionistas, como prometió Vladimir Putin a su regreso al Kremlin.
Como signo de la inquietud del poder frente a la degradación de la actividad económica, el banco central ruso bajó el tipo de interés director del 17 al 15%, con intención de limitar la recesión.
Pese a que en los medios económicos se creía que ese tipo hacía imposibilitaba la solicitud de préstamos por parte de hogares y empresas, pocos esperaban ver a la institución retirar tan rápido la drástica subida decretada en diciembre para detener la caída del rublo.
La moneda, en efecto, volvió a fragilizarse en los últimos días, tras la decisión de la agencia de calificación Standard & Poor's de clasificar la deuda de Rusia en la categoría de "especulativa", así como por la intensificación de la violencia en Ucrania, que hace temer nuevas sanciones internacionales.