Esta historia comenzó a escribirse el 21 de marzo. Ese día, Cobreloa enfrentó a Deportes Iquique en Tarapacá y, más allá del pálido 0-0 que se vio en la cancha, fuera de ella comenzaba a cimentarse la debacle del cuadro de Calama.

Aquella tarde, el recién contratado ayudante técnico de Marco Antonio Figueroa, Alejandro Hisis, se sentaba en el banco naranja por primera vez. El Chino, ex ayudante de Ivo Basay en Ñublense durante las primeras fechas del Torneo de Clausura, volvería a sentarse al lado del Fantasma durante la jornada siguiente -el primer fin de semana de abril- en el triunfo 6-0 del cuadro nortino sobre Huachipato.

¿Cómo podría haber afectado esta situación a Cobreloa? El artículo 53 de las bases del torneo establece las obligaciones y atribuciones de los entrenadores y los cuerpos técnicos. En ese sentido, el inciso tres del artículo en cuestión ordena que "ningún Director Técnico podrá dirigir otro club en el mismo campeonato, ni registrar contrato en ninguna otra calidad, cualquiera sea la denominación que sirva para encubrir la condición de entrenador", lo que motivó a Ñublense, en primera instancia, y a Audax Italiano que apoyó la moción, de denunciar a Cobreloa ante la ANFP, ya que Hisis se sentó en la banca de dos equipos diferentes durante el mismo torneo.

Pese a eso, el Tribunal, luego de citar a Hisis, dictaminó el rechazo de la denuncia y dejó sin sanción al club naranja, toda vez que el reglamento no es explícito sobre el rol de Ayudante Técnico o Entrenador Ayudante y sólo se refiere a los entrenadores, lo que en la interpretación literal, sólo afectaría al DT principal de cada escuadra. Sin embargo, los denunciantes fueron más allá y apelaron la determinación, razón por la que el caso fue derivado a la Segunda Sala del Tribunal. En esa instancia, el fallo se revirtió y se determinó la pérdida de puntos a Cobreloa y, por ende, por su pésima campaña y mala ubicación en la tabla del coeficiente de rendimiento, su inmediato descenso a la Primera B.

El inapelable dictamen de la Segunda Sala generó una ola de polémicas extradeportivas. El directivo loíno, Sebastián Vivaldi, acusó que "un par de judíos hacen lo que quieren", lo que motivó la inmediata reacción de la Comunidad Judía y de los dirigentes chillanejos, quienes emplazaron a Vivaldi a responder y a hacerse cargo de sus declaraciones.

De hecho, el gerente general del conjunto sureño, Hernán Rosenblum, dijo que "Vivaldi no puede olvidar que hay un tribunal de ética y una Ley Zamudio". Mientras, el timonel naranja, Augusto González, se quejó de un trato "raro" por parte de la ANFP hacia la institución. "Es raro que todo sea en un fin de semana largo y antes de un partido trascendental. ¿Se imaginan cómo está el plantel?", afirmó.

Además, dentro de la denuncia de Ñublense y Audax Italiano, éstos solicitan que los puntos ganados por Cobreloa en los mencionados partidos sean traspasados a los rivales. Y aunque la posibilidad es ínfima, la Segunda Sala tiene la potestad de acoger la solicitud, rechazarla o no pronunciarse y dejar todo en manos del directorio de la ANFP, pero no existirá claridad hasta que se entregue el fallo definitivo, algo que iba a suceder el pasado jueves al mediodía, pero que hasta el cierre de esta edición no ocurría.

A pesar de todo, el descenso loíno parece sentenciado. Lo que viene ahora son instancias internacionales, y desde ya se alistan para ir a la FIFA a intentar revertir la situación. Primero, eso sí, deben vencer a Ñublense. Un mal resultado frena cualquier alegato.