Protagonistas similares, una pelea conocida, casi las mismas figuras, un anhelo parecido. Imperdible. Las finales de la temporada 2016-2017 de la NBA se inician esta noche en Oakland, California, entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers.

No es película repetida la que comenzará a vivir: su final es impredecible. En 2015 Warriors se impuso a Cavaliers y el año pasado, el resultado se invirtió. Llegó en momento del desempate, de conocer qué equipo comenzará a tener esperanzas de generar una dinastía.

Golden State fue el mejor equipo de la temporada regular y no ha perdido un solo duelo en playoffs. En California confían en que Steve Curry vuelva a ser figura de las finales y quedarse de nuevo con los anillos, aunque ahora reforzado con Kevin Durant la apuesta aparece más sólida. Todo eso, sumado a la ventaja de la localía: jugarán hasta cuatro de los siete partidos en casa.

Cleveland no fue tan brillante en temporada regular y en postemporada sólo cedieron un partido, ante Boston.

En la cancha, la pelea entre Durant y James se llevará las miradas. La figura de Warriors recaló en San Francisco tal vez con la esperanza de dejar atrás un historial sin títulos de NBA y pasarle por encima a la historia para ganar además su primera corona. En 2012 tuvo que ver cómo James se imponía en la final, con Miami.

"Nadie va a descubrir ahora la clase y los logros alcanzados por James, pero el duelo se presenta como algo nuevo en todos los aspectos", declaró Durant.

Curry, por su parte, tranquilizó a sus seguidores ayer que lo vieron entrenar en el Oracle Arena con una venda en el brazo derecho. "Si me molestara, no la usaría", declaró.

James buscará su cuarto título de la NBA (dos previos con Heat, uno con Cavs) en su séptima final consecutiva. Una dinastía por sí solo, aunque el problema es que solo, no podría ganar el título; allí, Kyrie Irving aparece como el escudero que rompa a la dupla Curry-Durant.

"Golden State es probablemente uno de los mayores desafíos de mi carrera, es un equipo de muy alto nivel y sin embargo he jugado contra otros equipos grandes", admitió James.

The King vivió un episodio desagradable ayer al enterarse de un rayado racista en su casa de Los Angeles. "No importa cuánto dinero tengas, o famosos seas, en Estados Unidos ser negro es difícil", respondió.

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