Delante las cámaras Paul Newman era uno de los últimos iconos vivos del Hollywood clásico, el hombre de la profunda mirada azul, un fiel esposo y un empresario de éxito.

Lejos de los focos, Newman era un hombre angustiado que arrastraba un gran sentimiento de culpa por no poder evitar la muerte por sobredosis de su hijo Scott en 1978.

Así lo describe el escritor, guionista e íntimo amigo de Paul Newman, A. E. Hotchner, en un libro titulado Paul and Me, del que el diario The Times adelanta algunos extractos en su página web.

Hotchner relata, a través de distintas conversaciones que tuvo con Newman, la problemática relación entre el actor, fallecido en 2008, y su hijo.

Scott Newman, hijo del intérprete y su primera mujer Jackie Witte, fue encontrado muerto en la habitación de un hotel de Los Ángeles en 1978. La policía concluyó que la muerte había sido causada por una sobredosis accidental de medicamentos.

Scott que había trabajado de actor, doble y cantante de clubs nocturnos nunca tuvo una estrecha relación con su padre. Tras un accidente de moto se hizo adicto a las pastillas, que combinadas con alcohol provocó su muerte, según la investigación policial.

A. E. Hotchner relata como tras el divorcio de Paul Newman y Jackie Witte, Scott se fue a vivir con su madre y mantuvo una relación distante con su padre. No terminó la escuela y empezó a trabajar como doble en muchos filmes en los que participaba Newman, pero pronto empezó a tener problemas con el alcohol y con la policía por diversos escándalos.

El autor de Paul and Me relata el arrepentimiento posterior de la fallecida estrella por no estar más cerca de su hijo y sobre todo, la culpa por no evitar la muerte accidental de Scott y repetir con él la misma relación que tuvo el protagonista de Dos hombres y un destino con su propio padre.