El 2013, la película La noche de la expiación (The Purge) fue una de las sensaciones del cine de terror del año. Aunque quizás no tuvo las excelentes críticas de otro fenómeno del género, El conjuro, igualmente reunió 89 millones de dólares en taquilla, cifra que se hace aún más abultada considerando que tan solo costó tres millones de dólares. Así, el público siguió demostrando que esta clase de filmes resulta una apuesta casi segura para los estudios de Hollywood.

Este jueves se estrena en los cines chilenos la secuela de la cinta, The purge: Anarchy, que llega bajo el título de 12 horas para sobrevivir. La película ya fue estrenada en cines norteamericanos, reuniendo 28 millones de dólares en su primer fin de semana, superando su presupuesto de nueve millones, a pesar de que El planeta de los simios: Confrontación, sigue dominando la taquilla en Norteamérica.

En esta segunda parte, se cuenta una nueva historia ambientada en un futuro distópico donde una vez al año, todo crimen es legal durante 12 horas, incluyendo el asesinato.

El bajo presupuesto de las películas de terror para el estándar hollywoodense no solo permite a los estudios aprovechar la popularidad del género para maximizar sus ganancias, sino además acelerar el trabajo para secuelas que permitan mantener el buen momento por el mayor tiempo posible. El rotundo éxito de El conjuro, que reunió más de 300 millones de dólares a nivel mundial (costando solo 20), hizo que New Line Cinema rápidamente comenzara la producción de un spin-off basado en la muñeca Annabelle de la película, que comenzó a grabarse a principios de este año, y ya se estrenará el 3 de octubre. Todo mientras la cinta original alista su secuela que verá la luz el mismo mes de 2015. En Chile, El Conjuro fue la tercera cinta más vista de 2013, después de Monsters University e Iron Man 3, según cifras de Ultra cine.

"El cine de terror tuvo un segundo aire a partir de la década pasada, donde películas como Hostal, El juego del miedo y Actividad paranormal se transformaron en tremendos éxitos de taquilla a pesar de ser cintas de muy bajo presupuesto" explica el cineasta chileno Nicolás López, que ya ha incursionado en el género con proyectos como Aftershock, The green inferno y actualmente con Knock knock. "Es un género que funciona mucho mejor que una comedia, porque es muy distinto de lo que nos podemos reír acá en Chile de lo que se ríen en Estados Unidos o en Francia. Pero de las cosas de las que se siente miedo suelen ser más comunes para toda la gente", agrega.

Las salas de cine locales no son la excepción para el arrastre de las películas de terror. "La gran masa que va al cine es entre 18 y los 25 años, entonces uno debe buscar productos que satisfagan a ese tipo de público. Y el terror ha demostrado ser uno de los géneros más atractivos para ese grupo objetivo" dice Carlos Hansen, CEO de BF Distribution, que suele apostar por este tipo de películas. Este año han estrenado Oculus, que vendió 61.000 entradas, mientras que su más reciente cinta, Exorcismo en Georgia, que se estrenó el 3 de julio y sigue en cartelera, ya ha vendido 65.000 tickets según cifras entregadas desde la distribuidora.

Esta última cinta costó tan solo 1,5 millones de dólares y en Estados Unidos apenas fue exhibida en los cines, pasando casi directamente al sistema de Video On Demand, además de recibir críticas negativas a nivel general. "Hoy en día la crítica no es una referencia para el espectador. Se pueden hacer comentarios, pero no es una recomendación para la gente sobre si ir o no a ver este tipo de películas" dice Hansen, agregando "El cine de terror es algo que está funcionando muy bien no solo en Chile, sino en toda América Latina. Películas como Oculus han tenido resultados excelentes en otros países como Argentina".

Para Nicolás López, Chile también ya se está acercando a poder producir sus propias cintas en el género de terror, y afirma "Solo faltan más buenos guiones que le den un giro a lo que estamos acostumbrados a ver, y que haya el interés de hacerlo. Por eso para mí y mi equipo este género ha sido la puerta de entrada desde el país hacia el mundo. No necesariamente porque se venda más, sino porque es lo que nos interesa ver en pantalla".