Violencia, incendios y asaltos a edificios públicos. A mediados de 2005 la periferia de París vivía sus días más críticos. El descontento era evidente en buena parte de los miles (en su mayoría inmigrantes) que clamaban por más oportunidades de trabajo y mejores condiciones de vida. Una periferia desconocida para los millones de turistas que visitan al año la capital francesa, símbolo de progreso y cultura. Así, la pregunta quedó abierta: ¿Cómo reconciliar el bienestar y lujo de París con un extrarradio olvidado, sin planificación ni áreas verdes y objeto de una fuerte segregación social?

En 2008, el Presidente Nicolas Sarkozy lanzó el proyecto El Gran París e invitó a 10 equipos de arquitectos -entre ellos los premios Pritzker Jean Nouvel, Richard Rogers y Christian de Portzamparc- a imaginar el nuevo rostro de París en el siglo XXI. Entre las propuestas, presentadas en marzo de este año en una gran exposición, la que más impactó fue la del premio nacional de Urbanismo Antoine Grumbach. Calificado por la prensa de "audaz y visionario", el proyecto convierte la zona del río Sena que une París, Rouen y el puerto de Le Havre, en un nueva plataforma comercial y turística. "Todas las metrópolis internacionales son portuarias. Hay que reconciliar la intensidad urbana y la proximidad de la naturaleza", explicó en esa ocasión.

De visita en Chile, Grumbach inaugurará, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Diego>Portales, la exposición El Gran París, que reúne las 10 remodelaciones de la capital francesa, y dictará a las 18 horas de hoy la conferencia París-Santiago: metrópolis del siglo XXI. "Al igual que el Sena, el Mapocho une Santiago y el puerto de San Antonio. La analogía es prometedora y puede aprovecharse para la capital", dice Fernando Montes, director del Magíster Del Paisaje a la Infraestructura Contemporáneos en la UDP.

La propuesta de Grumbach incluye un tren bala que reducirá el tiempo de viaje de París a Le Havre, de dos horas a 40 minutos, además de transportes colectivos con sitios protegidos dentro de las autopistas.

OTRAS PROPUESTAS
Dentro de los requisitos de los proyectos estaba: integrar a la periferia, reestructurar el transporte y proyectar una urbe ecológicamente sustentable. El equipo de Jean Nouvel visionó terrazas y edificios de construcción sustentable, rodeados de áreas verdes. El británico Richard Rogers propuso "equilibrar los barrios ricos y pobres", reducir el transporte en auto y usar tranvías a lo largo del río. Por su parte, Christian de Portzamparc plantea un tren de alta velocidad que viaje por las alturas y Roland Castro quiere convertir el marginal barrio de La Courneuve en un Central Park, al estilo neoyorquino.

El plan final es reunir las mejores ideas y renovar París con miras al 2030. Este podría ser un hito en el mandato de Sarkozy, además de convertirse en la mayor remodelación de la ciudad desde el siglo XIX, cuando el Baron Haussmann movilizó la contrucción de alcantarillados, puentes, conductos de agua y concibiera amplios bulevares, que hasta hoy son uno de los grandes atractivos de París.