Ayer, en Universidad de Chile, el tema más conversado fue la venta de Patricio Rubio a Gallos Blancos de Querétaro. El elenco mexicano pagó la claúsula de salida de US$ 5 millones y dejó al equipo de Martín Lasarte sin su máximo goleador.
"Se va a sentir, nos sacan un poco el gol, pero hay jugadores que están atrás y ojalá que lo puedan hacer de la misma manera", señaló Ricardo Guzmán Pereira en conferencia de prensa.
La partida del jugador formado en Colo Colo, sin embargo, no fue la única noticia que recibieron en Azul Azul. Ayer, cerca de las 13 horas, la mesa directiva de la concesionaria se reunió en el CDA para conocer detalles de la construcción del estadio, que estará ubicado en La Pintana. ¿La principal novedad? Se puso plazo para contar con la casa propia terminada: el año 2017.
La cita entre lo máximos dirigentes tuvo una duración de casi tres horas. Mediante diapositivas y una maqueta, José Pablo Olate, arquitecto y jefe del proyecto estadio, presentó detalles del recinto deportivo que comenzará a construirse en seis meses más, plazo que se fijó la constructora para conseguir los permisos exigidos por la Municipalidad de La Pintana.
"Nos hicieron una presentación bien detallada de cómo será el estadio. Nos dijeron que el 2017 estará construido, ya que los próximos seis meses serán para gestionar los permisos obligatorios", señaló un miembro del directorio.
En la reunión también estuvo presente Cristián Aubert, gerente general de Azul Azul, quien hace un par de semanas viajó a Inglaterra, España y Holanda, junto al directivo Sergio Weinstein y el arquitecto José Pablo Olate para sacar ideas de los principales coliseos de Europa. El estadio de Arsenal, Chelsea y Tottenham fueron algunos de los reductos visitados.
"Se sacaron ideas de los estadios más importantes de Europa. Se hizo mucho hincapié en cómo sería el ingreso y la salida de los hinchas. También nos presentaron el tipo de negocios que tendrá el estadio. Habrá locales de comida rápida, de venta de productos, entre otras cosas", agregó otro integrante de la mesa principal de Azul Azul.
Por su parte, la venta de acciones, hace un par de semanas, de Peter Hiller a Andrés Schapira lo dejó a este último como el segundo mayor accionista de la concesionaria, con un 20% de los papeles, detrás de Carlos Heller. Con este movimiento, Andrés Schapira tendrá acceso a dos asientos en la mesa directiva, uno de ellos ya está siendo utilizado por su hijo, quien también se llama Andrés. De esta forma, Andrés Schapira padre se integrará al directorio. Sólo falta definir quién saldrá.