La formación política española Podemos tiene apenas un año de vida y, sin embargo, ya posee muchos motivos para celebrar. Porque si el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se plasma en las elecciones generales de fin de año, la agrupación de Pablo Iglesias podría poner fin del bipartidismo en España.
De acuerdo con esta encuesta, Podemos -partido anti establishment y de raíz de izquierda-, tiene un 23,9% de intención de voto, lo que lo ubica en el segundo lugar por detrás del oficialista Partido Popular (27,3%). En tercer lugar quedó el Partido Socialista Obrero Español (Psoe), con 22,2%. En los últimos cinco años, los socialistas perdieron 14 puntos.
La formación liderada por Iglesias, que el 17 de enero celebró en Sevilla su primer año de vida, se ubicó por primera vez delante del Psoe, de acuerdo con el sondeo del CIS, dependiente del gobierno y realizada entre el 2 y el 12 de enero. Es decir, mucho antes de las elecciones en Grecia en las que triunfó el izquierdista Syriza, con estrechos vínculos con Podemos.
Este será un año crucial para el futuro de España, con elecciones regionales y municipales en mayo y legislativas previstas para fin de año. Además, Andalucía y Cataluña, las dos regiones más pobladas, celebrarán comicios en marzo y septiembre.
En lo que se refiere a voto directo y suponiendo que las elecciones generales ocurrieran mañana, Podemos se sitúa en primer lugar, con un 19,3%, muy por encima del PP que obtendría un 12,9% y el PSOE con un 12,4%. Tanto Podemos como el PP han subido casi dos puntos en voto directo desde el "barómetro" de octubre, mientras que los socialistas han bajado más de dos puntos.
"Hay una crisis democrática en la zona euro. Hemos tenido una crisis económica, políticas de austeridad, los ciudadanos no están satisfechos y han sentido de golpe que los partidos tradicionales no son capaces de satisfacer sus demandas. Esto hace que se abra una ventana de oportunidad", explicó a La Tercera el profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, Lluis Orriols.
Según el diario El País, el sondeo refleja la pérdida de espacio del Psoe. El partido de Pedro Sánchez se ubicaba en el barómetro de octubre en segunda posición con un 23% en estimación de voto, casi cuatro puntos menos que el PP que estaba primero con un 27,5% y sólo un punto por encima de Podemos, cuyo apoyo se ubicaba en 22,5%.
Aquella encuesta ya reflejaba que según el voto directo Podemos sería la fuerza política más votada, con un 17,6% por delante del Psoe (14,3%) y el PP (11,7%).
"La crisis del PSOE responde a que el partido defraudó en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando aparece Podemos, muchos votantes se pasan a ese partido", explicó Orriols.
Los indignados
A mediados de enero de 2014 alrededor de 30 personas presentaron una plataforma para "convertir la indignación en cambio político". Entre ellos estaba el profesor de ciencia política de la Universidad Complutense de Madrid, Pablo Iglesias.
Estas fueron las bases para el nacimiento de Podemos, la fuerza política que hoy desafía a los partidos tradicionales en España. El objetivo de la plataforma era conseguir formar una candidatura para presentarse en las elecciones europeas del 25 de mayo.
Pero la esencia de Podemos surgió mucho antes, precisamente desde el movimiento de los indignados, que se tomó las plazas de España a partir de mayo de 2011, exigiendo una revolución política.
"Tiene a favor el enfado ciudadano, la insatisfacción ciudadana con el establishment. Eso no se ha reducido en los últimos años y no tengo expectativas que se reduzca", explica Orriols.
Esta participación ciudadana llevó a que se realizaran asambleas de barrio, en donde ciudadanos organizados geográficamente o por profesión, comenzaron a reunirse. El descontento y la indignación frente a la situación política y económica fue desde el comienzo el factor que los unió.
Así, se crearon los llamados "Círculos Podemos", espacios en donde los ciudadanos podían participar activamente para desarrollar distintos proyectos políticos.
En su momento, el propio Iglesias explicó a The Huffington Post que "no queremos que sean espacios en los que nosotros demos la consigna, sino instrumentos de la autoorganización de la gente".
Por lo mismo, más de 110 mil personas votaron en el proceso para definir las bases políticas, éticas y organizativas del partido. Para esto sólo era necesario inscribirse y participar a través de internet.
"El éxito de Podemos ha sido cambiar el eje político tradicional", explicó a la BBC el profesor de ciencia política y director de la oficina en Madrid del centro de análisis Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, José Ignacio Torreblanca.
"La disyuntiva ya no está en el eje que separa a la izquierda de la derecha, sino la confrontación entre la elite y la ciudadanía, o entre el pueblo y la casta", explicó Torreblanca.
Presencia mediática
La estrategia comunicacional de Podemos fue clave. Primero a través del contacto en la calle, con la gente, que se produjo por diversos canales, según consigna el diario El País. Pero la formación de Iglesias también tuvo una potente y planificada presencia en distintos medios de comunicación. Pablo Iglesias se convirtió en un líder carismático con una gran presencia en tertulias televisivas, incluso subiendo el rating de los programas en los que aparecía. También es el político español más popular en Twitter con 817 mil seguidores.
Los jóvenes de su equipo gestionaron las redes sociales con "dinamismo y naturalidad", según explica el periódico español y nunca perdieron el contacto con la ciudadanía.
La primera gran sorpresa la dieron la noche del 25 de mayo, cuando el equipo de Podemos celebró su principal victoria, al conseguir 1,2 millones de votos (casi el 8%) y cinco escaños en el Parlamento Europeo, convirtiéndose en la cuarta fuerza política más votada.
Una sorpresa que no fue anticipada por los datos del sondeo preelectoral del CIS, que unas semanas antes le otorgaban a Podemos sólo un escaño.
"Podemos ha venido para quedarse. Lo que sabemos es que el sistema de partidos tal como lo conocíamos está quebrado. Nos vamos a encontrar con el fin del bipartidismo", concluyó Orriols.