Con lluvia, con sol, con frío... En invierno y verano. De lunes a viernes, Francisco Valdés se levantaba cada mañana con la misma idea: enseñar. 

Porque desde su retiro del fútbol profesional, en 1983, el ídolo del fútbol chileno dedicó su vida a traspasar su amor por el fútbol a otros. Especialmente a niños, con quienes "Chamaco" siempre mantuvo una relación especial.

Nunca fue amigo de las luces ni de las cámaras. Lo suyo era el bajo perfil. Su sueño fue siempre que otros vivieran el mismo éxito que experimentó él en su época de jugador. En los últimos cinco años, trabajó en la Municipalidad de Recoleta, junto con Oscar Fabbiani y Leonel Sánchez.

Dos días a la semana, Valdés trabajaba con 180 niños, desde los seis a los 15 años, y el domingo los acompañaba a la cancha, en el estadio Municipal de la comuna.

Así lo recuerda un acongojado Leonel Sánchez: "Era muy cercano a los niños. Les hablaba, le enseñaba mucho.  Y todos lo querían". La misma imagen tenía de él Fabbiani, quien recalca que "todos los niños lo conocían. Sabían quién era y todo lo que había hecho, porque sus padres les decían".

Lo más increíble, destacan sus compañeros de labores, es que el goleador histórico del fútbol criollo nunca se jactó de sus pergaminos. "Todo lo contrario, era de hablar poco. Reunía a los niños, les daba una pequeña charla y después a trabajar. Eso decía él: 'Da lo mismo hablar, lo que importa es trabajar'", decía.

Pero Valdés también llevaba su experiencia a otras comunas de Santiago y fuera de la capital. El ex Colo Colo era parte de un proyecto gubernamental Escuelas Preventivas de Fútbol, a donde llegó por petición de su amigo Humberto "Chita" Cruz.

Así, las jornadas en que no iba con sus alumnos de Recoleta, las ocupaba para entrenar menores en Cerro Navia, Pudahuel, Cerrillos o San Joaquín. "Todos eran grupos de alto riesgo social y 'Chamaco' soñaba con salvarlos de la delincuencia y las drogas. A varios los ayudó para que no cayeran en esos males", apunta Fabbiani.

Cercano a los hinchas
Anónimamente, además, Francisco Valdés tenía una estrecha relación con un importante grupo de hinchas colocolinos, que conforman el "Movimiento 19 de Abril" (día en que se fundó el club).

"El año pasado, le hicimos un homenaje, donde se le reconoció como un ídolo. Quedó tan agradecido que después siempre nos ofreció participar en todas nuestras actividades. Lo que a él más lo llenaba de orgullo era que ninguno de nosotros lo vio jugar jamás, pero, sin embargo, lo reconocíamos como un ídolo histórico".

Como leyenda, Valdés participó en el estreno de la película "Raza Brava" (sobre la Garra Blanca), regaló camisetas para obras benéficas del grupo y fue parte de distintos foros sobre la historia de Colo Colo, el club al que dentro de la cancha le regaló muchos momentos de gloria. La gloria que quizás alguno de sus pupilos encontrará cuando grande.