Creo en Dios. Creo en la patria. Creo en la familia. Apenas José Antonio Kast termina de pronunciar esas palabras, los más de 200 asistentes al foro empresarial Enade 2017 estallan en aplausos. Lo hacen mientras Kast está en el podio, mirando sus apuntes, esbozando una leve sonrisa con sabor a triunfo, disfrutando el momento. Los aplausos, algunos rayando en la euforia, siguen.
-No creemos en un Estado grande. Quiero funcionar, no quiero más burocracia. Quiero bajar los impuestos.
De los 20 minutos que dura su exposición, José Antonio Kast no es interrumpido ni una, ni dos, sino 17 veces por los aplausos de los empresarios. El mismo Kast que sólo minutos antes se paseaba por los pasillos de CasaPiedra con una carpeta transparente y de borde azul en la mano, casi en solitario. El mismo al que no persiguieron los flashes, como a Sebastián Piñera apenas llegó, y el mismo que no vino apoyado por un gran grupo de políticos, como Carolina Goic.
Apenas Kast termina de hablar, la ovación del público retumba en las paredes.
Abajo, a apenas tres metros del candidato independiente de la derecha, está parte del comando de Chile Vamos. Todos perplejos ante el ex UDI que, con un discurso sin matices y con su corbata perfectamente anudada, de brillante amarillo dorado, ha conseguido opacar a todo el resto de los expositores, incluido Piñera.
Es Kast, el incómodo Kast
En las últimas semanas, el nombre Kast se instaló en el comando del ex presidente. Hasta ese entonces, el ex mandatario sólo había tenido una serie de declaraciones cruzadas con el diputado, pero éste comenzó a hacer llamados públicos para que militantes UDI lo respaldaran el 19 de noviembre y -a esta altura- son varios los que reconocen que el parlamentario ha logrado despertar a un sector radical de la derecha que para muchos estaba más bien "dormido". En esta línea, hay quienes advierten que Kast está conquistando el electorado del mundo militar y evangélico, que durante las primarias de Chile Vamos estaba en manos del entonces aspirante Manuel José Ossandón.
Una de las primeras en advertir la necesidad de salir a enfrentar a Kast fue la presidenta, Jacqueline van Rysselberghe. En una de las habituales reuniones de Piñera con los presidentes y secretarios generales de Chile Vamos de los lunes, la senadora le planteó al ex mandatario la necesidad de concretar más gestos al mundo de militares en retiro. Quienes estuvieron en la cita aseguran que Piñera se negó, argumentando que la real pelea de votos está en el centro político. El ex mandatario también le aseguró que su programa tiene iniciativas importantes para el sector por el que abogaba Van Rysselberghe: no cerrará Punta Peuco, levantará un proyecto para que todos los enfermos terminales cumplan sus condenas en sus casas y modernizará la carrera militar.
A la senadora se sumó el secretario general de RN, Mario Desbordes, quien días después y, en la misma instancia, le comentó a Piñera la posibilidad de hacer más guiños, esta vez para el mundo evangélico, principalmente en materia de principios. La respuesta fue la misma: se gana conquistando el centro político.
A pesar de la reticencia del ex mandatario, los partidos activaron sus gestiones. La senadora UDI Ena von Baer es la encargada de mantener los lazos con el mundo evangélico, labor que también cumple Desbordes, candidato a diputado por el distrito 8. Los militares en retiro, en tanto, mantienen reuniones con la propia presidenta UDI.
En medio de la incomodidad creciente de sus ex socios, Kast ha aumentado su ofensiva en contra de Piñera y no pocos quedaron indiferentes en su exposición en la Enade, cuando en medio de risas y aplausos, mostró lo que para él es el real legado del ex presidente:la imagen de la Mandataria, Michelle Bachelet, recibiendo la banda presidencial de manos de Piñera.
El candidato de Guzmán
Ocurrió en 1984. Uno de los muros del Campus Oriente estaba cubierto por una tela de color rojo intenso. Pero no era cualquier bandera, y José Antonio Kast, estudiante de primer año de Derecho en la UC, apenas la vio decidió sacarla. Era una bandera del MIR, el Movimiento de Izquierda Revolucionario.
-Llegó a mi sala con una tela inmensa, de dos metros y medio por uno y medio, y me dijo: '¿Me puede guardar esta bandera? Estaba en el patio y yo no acepto que en mi universidad haya una bandera del MIR'. José Antonio es tímido, pero una persona muy valiente. El tema de la bandera demuestra su determinación. Aún la tengo guardada -dice Gonzalo Rojas, abogado y profesor de la Universidad Católica.
En esos años, Kast ya participaba activamente en el movimiento gremial. Aunque, dice Cristóbal Orrego, uno de sus amigos y compañero de generación, no tenía el desplante de hoy. Pero aunque era tímido y capaz de ponerse colorado por una simple broma, asegura Orrego, el actual diputado fue siempre muy claro para decir lo que pensaba. Siempre defendió sus ideas, las mismas que lo acercaron a Jaime Guzmán.
-Fue de los últimos formados por Jaime -explica Gonzalo Rojas y agrega: -Si hoy Jaime estuviese vivo, sería un caballero mayor de 71 años y, sin duda, José Antonio sería el candidato que le gustaría, porque recoge todo lo de Jaime Guzmán.
Fue en 1996 que José Antonio Kast emprendió un camino de no retorno en la política. Ya por esos años estaba casado con Pía Adriasola -con quien tiene nueve hijos- y vivía dentro de los terrenos de la fábrica de cecinas de su familia, en Buin. Su comuna fue la que escogió para comenzar su carrera política, su primer cargo fue como concejal. Ahí conoció a Andrés Palomer, amigo íntimo que hasta el día de hoy recuerda su primer encuentro con Kast.
-Me habían sacado un parte por un disco 'Pare' en Buin y en ese tiempo ya conocía a José Antonio. Era mi amigo, era concejal, así que le pedí ayuda para sacarme el parte. Me miró con cara de espanto y me dijo: 'Eso que tú me estás pidiendo es tráfico de influencias y es una forma de corrupción'. Ahí me di cuenta de quién era José Antonio. Él nunca te va a decir lo políticamente correcto por hacerse el popular. Te va a decir lo que piensa, te guste o no.
Para algunos, Kast es un conservador recalcitrante, por la defensa férrea de algunas de sus ideas: la defensa de los valores cristianos, la familia, el matrimonio heterosexual, el no al aborto. Eso, dicen sus cercanos, lo ha mantenido vigente desde que comenzó en política. Primero como concejal de Buin, luego como diputado por el distrito 30 (San Bernardo, Calera de Tango, Paine y Buin) y actualmente como diputado por el 24 (La Reina y Peñalolén).
Hoy, a un año de haber renunciado a la UDI, el partido en el que militó por dos décadas, y a meses de haber partido una candidatura independiente de derecha con apenas 850 firmas y luego haberla inscrito en agosto con más 43 mil rúbricas, José Antonio Kast marca cinco puntos en la encuesta Cadem y, en privado, en ciertos sectores no descartan que llegue a 10 puntos en la primera vuelta. Y, según sus cercanos, sigue con las mismas convicciones con que llegó a la política en 1996. Esos ideales, explican desde su entorno, son los que lo acercan a sectores que no tenían un candidato.
-Un nicho de personas que estaban esperando al candidato que tenía que llegar, alguien que está rescatando a la UDI original -explica Javier Leturia, fundador y ex militante UDI y jefe del comité político de la candidatura de Kast.
Uno de esos sectores es, por ejemplo, el grupo de personas que rescata el legado del régimen militar.
Aunque el abogado Hermógenes Pérez de Arce recién conoció el año pasado personalmente a José Antonio Kast, dice que hace 10 años que lo apoya, porque es uno de los pocos que defienden al gobierno militar.
-Es el único. No es un "arrepentido", ni "acomplejado", ni "cerebro lavado". Él representa los valores esenciales: la verdad, la libertad, la ley y el orden. Y es el único que defiende el legado militar. Hay un voto silencioso en favor del legado del gobierno militar que se manifiesta de tanto en tanto. De los militares que conozco, puedo citar apoyos a José Antonio de generales, oficiales y almirantes en retiro, como Cristián Labbé, Guillermo Garín, Santiago Sinclair y Benjamín Opazo.
Los evangélicos son otro de los grupos que se han acercado a la candidatura del ex UDI. Juan Manuel Freire, pastor de la Iglesia de Vitacura, explica que reconoció a Kast como una figura política afín en 2009, cuando el Congreso comenzó a discutir la entrega de la "píldora del día después". Es, dice, el único político que tiene una historia en temas valóricos, porque siempre defendió los valores de Dios.
-Esta es una candidatura que realmente nos identifica. Hoy no vamos a votar por el menos malo, votamos por Kast porque nos identifica. Pero nosotros no nos sometemos a Kast, nos sometemos a Dios. Mientras esté de acuerdo con las cosas que Dios dice, vamos a estar con él.
Paso en falso
A inicios de septiembre, y en la antesala de la conmemoración de un nuevo aniversario del 11 de septiembre, el comando de Piñera ya había definido la estrategia del "voto útil". Esta buscaba atraer al electorado del diputado y abrir la posibilidad de ganar en primera vuelta. El diseño consistía en llamar a las personas a no perder su voto y entregarlo al candidato que realmente podía ganar la elección, en este caso, Piñera.
Sin embargo, la irrupción mediática del parlamentario obligó al comité estratégico del comando de Piñera -donde participan el ex presidente, los ex ministros Andrés Chadwick, Cecilia Pérez y Luciano Cruz-Coke, el senador RN Alberto Espina, el encargado programático Gonzalo Blumel y los diputados Nicolás Monckeberg (RN) y Ernesto Silva (UDI)- a reajustar su estrategia, ya que se evaluó como un error salir a responder los planteamientos de Kast y hacerlo aparecer como "víctima".
El problema es que la votación que obtenga el diputado sí representa un problema claro para el ex mandatario: será clave a la hora de consolidar la ventaja que puede alcanzar en la primera vuelta respecto de su más inmediato contendor, Alejandro Guillier.
Aun así, uno de los análisis que realizó el comité es que Piñera al referirse a Kast sólo le da más tribuna y protagonismo a la candidatura del diputado. Por eso, a partir de esta semana, el ex presidente no se referirá más al parlamentario, evitando cualquier tipo de confrontación con él.
El comité estratégico de Piñera delineó cuatro ideas en torno a Kast: primero, hacer un llamado a la ciudadanía a un "voto reflexivo", que se elija a aquel candidato que puede derrotar a la izquierda; segundo, que el diagnóstico del diputado es equivocado al pensar que tiene posibilidades de pasar a segunda vuelta; tercero, el balotaje será entre Piñera y Guillier, y cuarto, mientras más votos obtenga Piñera en la primera vuelta, más fácil será ganar la Presidencia en el balotaje.
"Creemos que un porcentaje muy importante que votará por Kast no quiere que haya un nuevo gobierno de la Nueva Mayoría, pero aquella gente que definitivamente no va a votar por Piñera en segunda vuelta, que vote por un parlamentario de la UDI en primera", señala Van Rysselberghe.
"La candidatura de Kast no sólo contribuye al debate, también va a contribuir a generar un movimiento importante de personas que no irían a votar, pero lo van a hacer porque se sienten atraídos por la candidatura de José Antonio y es evidente que esas personas van a votar por los candidatos de Chile Vamos", asegura el diputado UDI Arturo Squella, el único parlamentario que ha anunciado públicamente su respaldo a Kast.
En el comando, en tanto, y tal como lo ha transmitido Piñera, se decidió enfatizar la campaña hacia la convocatoria al centro político, en particular en segunda vuelta. La reflexión es que naturalmente una parte del electorado del diputado votará por el ex mandatario en segunda vuelta y un porcentaje -que consideran marginal- nunca marcará su opción.
Estudios del equipo del ex mandatario separan actualmente al electorado en tres grupos: los rojos, que no votarán por el ex presidente; los azules, votos seguros para el candidato de Chile Vamos, y los blancos, caracterizados como los indecisos. El objetivo de Piñera, por estos días, será lograr fidelizar a los electores blancos, los cuales tienen precisamente un perfil más bien de centro.
En el conglomerado opositor -en todo caso- varios ponen los ojos en los oficios del diputado UDI Ernesto Silva, quien surge como la principal carta para ser un enlace entre la candidatura de Piñera y un eventual apoyo de Kast de cara a la segunda vuelta.
Ya termina Enade 2017 y en su intervención José Antonio Kast intenta dejar en claro que su candidatura presidencial es más que un mero testimonio, más que una manera de incomodar.
-Hay que vencer los miedos, vencer los vetos. Nosotros tenemos que ir a todos los espacios, a todos los foros, a todos los debates a defender lo que creemos. Hay que dejar de lado la calculadora, las encuestas, lo políticamente correcto. Defendamos lo que pensamos, lo que creemos. Sigamos nuestras convicciones.
Gran parte de la primera fila de los asistentes se para. Algunos gritan "¡Bravo!", otros aplauden con fuerza.
José Antonio Kast, el mismo que llegó sin ser perseguido por los flashes que siguieron al abanderado de Chile Vamos en su entrada, se va con todo: con los aplausos, con la ovación, con las cámaras fotográficas retratando los saludos, las felicitaciones, las palmadas en la espalda, con todo lo que Sebastián Piñera no tuvo luego de terminar su presentación.
Kast, el incómodo Kast, camina hacia la salida. Y sonríe.