Brasil tiene 47 veces la población de Croacia y 151 veces el territorio de ese pequeño país europeo. Sin embargo, hoy en la cancha del estadio de Corinthians sólo habrá 11 jugadores de cada país intentando obtener el primer triunfo del Mundial 2014.

Las realidades sociales, económicas y geopolíticas en una Copa del Mundo con 32 países (13 europeos, diez americanos, cinco africanos, tres asiáticos y un oceánico) son variadas y dan lugar a múltiples análisis.

Chile, por ejemplo, jugará en el grupo mundialista que, en promedio, tiene el mejor índice de desarrollo humano (Australia y Holanda están entre los cuatro países que encabezan esta lista en el planeta), mientras que Japón -uno de los 10 países más desarrollados y estables del mundo- deberá enfrentar en su debut a Costa de Marfil, uno de los 20 estados menos desarrollados del planeta, con permanentes conflictos internos. Suiza, uno de los países más seguros y con menos crímenes del mundo, cerrará, por segundo Mundial consecutivo, su participación en su grupo con Honduras, el país con la tasa de homicidios más alta del planeta y cuyo ingreso per cápita es apenas el 2,8% del que tiene su rival europeo. Rusia, el país de mayor tamaño del mundo, jugará el 22 de junio contra Bélgica, el Estado más pequeño entre los participantes y que cabe 541 veces dentro de la potencia euroasiática.

Bélgica es también el país sede de la Unión Europea, que tendrá a 10 de sus 28 representantes jugando la Copa del Mundo. Aunque una de las selecciones europeas tiene una condición sui géneris en el Mundial, ya que representa sólo a una parte de un país. Es el caso de Inglaterra, que es una de las cuatro regiones de Reino Unido. Las selecciones de las otras tres zonas de ese país (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) no clasificaron al Mundial. Una condición que sólo tiene Reino Unido como país creador del fútbol.

De los únicos cinco países de la Unión Europea (UE) que, pese a la crisis económica, cerraron 2013 con un desempleo menor al 7%, dos estarán en la cita mundialista: Alemania y Holanda. En la otra cara de la moneda, también estarán presentes los dos estados de la UE que superaron el 25% de desempleo el año pasado: Grecia y España.

Nigeria, un Estado que está hoy en el foco del mundo por el secuestro de más de 200 niñas a manos del grupo Boko Haram, debutará con Irán, otro país con permanente presencia en la agenda noticiosa debido a su controvertido programa nuclear y sus roces con Estados Unidos e Israel. E, incluso, en octavos de final,  podría darse un duelo entre dos países que hoy tienen un ingrediente especial por las tensiones que enfrentan por el conflicto de Ucrania, el caso Snowden y las denuncias de espionaje: Rusia y EE.UU. Además, nunca se han enfrentado entre ellos en la historia mundialista, ni siquiera cuando jugaba la Unión Soviética. Un duelo que recordaría otros partidos entre dos selecciones cargadas con una tensión política. Los cambios geopolíticos también pueden verse en el fútbol. Así, mientras en el Mundial de Italia 90 jugaron Unión Soviética y Yugoslavia, en éste lo hacen tres países nacidos de esas desaparecidas repúblicas: Rusia, Croacia y Bosnia.

Colombia debutará en el Mundial un día antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que determinarán el futuro del proceso de paz en el país, mientras que España jugará con Chile un día antes de que Felipe VI sea coronado como nuevo jefe de Estado hispano, tras 39 años de reinado de su padre.

Brasil tendrá que lidiar con las protestas de los manifestantes que se oponen a la realización del Mundial a cuatro meses de las elecciones presidenciales en ese país, mientras Argelia -el único país árabe que asiste a la cita mundialista- intenta mantenerse inmune a la Primavera Arabe que ha afectado a sus vecinos de Africa del Norte.