El "Maracanazo" y otros seis grandes escándalos del deporte chileno
La inclusión en un medio español del "Maracanazo" de Rojas entre las mayores trampas de la historia, abre el recuerdo para otros vergonzosos hechos nacionales.
En España, el diario Marca eligió las diez peores trampas en la historia del deporte internacional.
. Ese hecho, que terminó con sanciones individuales y para el fútbol nacional, es quizás el más grave, pero no el único que ha afectado de distintas formas a la actividad deportiva chilena.
Estos son algunos de los casos más recordados.
"MARACANAZO" CHILENO
El 3 de septiembre de 1989, Chile se presentó en el Maracaná con la obligación de ganar para ir al Mundial de Italia '90. A los 69' una bengala cayó en el área chilena y Roberto Rojas cayó al suelo. El "Cóndor" tenía el rostro ensangrentado, el resto del equipo lo sacó de la cancha y los jugadores se negaron a seguir el partido. El 10 de septiembre, la FIFA no aceptó anular el duelo y clasificó Brasil. El 25 de octubre el arquero fue castigado de por vida y en Chile la Federación ordenó una investigación que llegó a la misma conclusión: Rojas se autoinfirió la herida con un bisturí.
La FIFA eliminó a Chile del proceso clasificatorio para el Mundial de 1994 (por el retiro de la cancha) y castigó al técnico Orlando Aravena y Fernando Astengo (capitán del equipo) por cinco años.
Recién en mayo de 1990, Roberto Rojas reconoció lo que todos sabían: "Yo me corté en el Maracaná, con un bisturí".
LOS PASAPORTES DE PAYSANDU
Cuando la selección juvenil, dirigida por
Pedro García
, volvió del Sudamericano de Paysandú (Uruguay) en 1979 no sólo enfrentó las críticas de la prensa. Los tribunales la esperaban por la investigación por los pasaportes adulterados.
Se descubrió que, de los 20 jugadores, sólo tres cumplían con la edad (José Luis Alvarez, Fernando Astengo y Oscar Meneses).
En Chile fueron detenidos Pedro García y Enrique Jorquera (coordinador del plantel). A ellos se sumaron varios jugadores, funcionarios del Registro Civil y empleados de una agencia de viajes. Incluso la Corte Suprema designó un ministro en visita.
APUESTAS JUVENILES
Durante el Mundial Sub 20 de Qatar (1995) se descubrieron cuatro redes de apuestas, que operaban en países asiáticos. De ellas salieron incentivos para jugadores de varias selecciones, entre ellas, la chilena. "Pero no eran para perder", fue la excusa.
Los incentivos fueron ofrecidos por el ex futbolista de Magallanes, Washington Arriola, quien trabajaba para una de las redes de apuestas. Arriola, instalado en el hotel donde se concentraba la "Roja", le ofreció cinco mil dólares a Frank Lobos, Héctor Tapia y Francisco Fernández, como incentivo por ganarle a Japón y Burundi. Los futbolistas nunca recibieron el dinero, pues Chile igualó con ambos rivales (2-2 y 1-1, respectivamente).
En ese torneo, tras una contundente derrota ante España, y con el tema de los incentivos ya conocido, Sebastián Rozental, el capitán, entró al camarín y le dijo a sus compañeros "si sé que hay alguien que jugó para atrás, lo voy a reventar a combos".
EXPULSION DEL COI
En 1999, Sergio Santander Fantini, presidente del COCh no pudo probar su inocencia. La comisión investigadora del Comité Olímpico Internacional, formada por seis jueces, expulsó del COI al dirigente chileno (y a otros cinco de otros países) por hechos de corrupción.
Santander, el ecuatoriano Agustín Arroyo, el sudanés Zein Abdin Gadir, el congolés Jean-Claude Ganga, el maliense Lamine Keita y el keniano Charles Mukora (seis de los 13 inculpados) recibieron este castigo por "violación al juramento olímpico", aunque las irregularidades cometidas durante el proceso de elección de Salt Lake City para los Juegos de Invierno del 2002 no recibieron del COI la denominación de "sobornos", sino de actitudes "reñidas con las reglas de la organización".
QUIEBRA
Colo Colo y Universidad de Chile, los dos equipos más importantes del fútbol chileno, lamentan en sus historias la quiebra. Pero en el caso de los albos, hubo incluso cárcel para Peter Dragicevic, quien había asumido la presidencia en 1994.
El 2001, la Asociación Chilena de Leasing solicitó la quiebra de la Corporación Club Social y Deportivo Colo Colo, por una deuda de casi
30 millones de dólares. A esto se le sumó una demanda del SII, por aproximadamente 6 mil millones.
Colo Colo fue declarado en quiebra el 23 de enero de 2002. Dragicevic renunció a la presidencia, pero fue procesado por infracción al código tributario, con un perjuicio fiscal de 235 mil millones 488 mil 677 pesos, pero sólo estuvo preso dos días.
BOLETAS
Con diez años sin poder ejercer como delegado de las federaciones ante el consejo o integrante del directorio y comisiones del Comité Olímpico de Chile (COCH) sancionó el Tribunal de Honor de ese organismo al ex timonel Fernando Eitel, acusado de malos manejos con boletas.
"La gravedad de la falta no guarda relación con su monto pecunario, sino que con la transgresión de los valores universales y permanentes del olimpismo", explicaba el fallo en 2004.
El tesorero Antonio Martínic y el director Wladimir Ladimier, denunciaron problemas e irregularidades en las rendiciones de cuentas presentadas por Eitel.
El Tribunal de Honor determinó que fueron rendidos $831.809 y, según el informe original, las boletas tenían un total de $145.699, con un exceso de $658.610.
UNA ENTRADA SIN SALIDA
Un escándalo por partida doble, relacionado con la reventa de entradas, involucró a Chile durante el Mundial de Francia.
El 8 de julio, la revista inglesa Latin News publicó una nota en la que el chileno Leonidas Luccardi denuncia que la embajada era utilizada por Johnny Faúndez para revender entradas. El conflicto involucró a Neme, descubierto en una investigación de la FIFA.
Faúndez trabajó como "jefe de choferes" de Canal 13 en Francia y el periodista Antonio Neme, que se vio involucrado en una investigación de la FIFA, argumentó que había comprado entradas para unos amigos, quienes no pudieron ir y por eso las vendió, pero lo hizo por tres veces su valor.
Faúndez, funcionario con 23 años en la embajada, negó cualquier delito. La Cancillería chilena le creyó a Faúndez (quien renunció al momento de estallar el conflicto). Después de una investigación, informó que ningún funcionario de la embajada había cometido fraude o dolo.
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