En 2012, los fuertes vientos y el duro temporal que trajo el huracán Sandy dejaron varias secuelas en Nueva York. Una de ellas golpeó a una de las actividades deportivas más emblemáticas: el maratón de la ciudad.

Ahora, con Sandy como un amargo recuerdo, los cinco boroughs de la Gran Manzana verán pasar mañana desde las 10.40 (hora de Chile) a más de 45 mil atletas de todas las nacionalidades buscando entrar en la historia del certamen en su 43ª edición o, simplemente, cumplir un anhelo personal de poder correr una de los maratones más importantes del mundo.

La prueba es también parte del World Marathon Majors, serie de seis carreras que premia anualmente a los mejores fondistas del mundo con la no despreciable suma de un millón de dólares a repartir para los ganadores del circuito que, además de Nueva York, considera a Tokio, Boston, Londres, Berlín y Chicago.

POR EL GRAN BOTIN
En total son cuatro los aspirantes al premio. En varones, el ugandés Stephen Kiprotich y el etíope Tsegaye Kebede pelean palmo a palmo la mitad de la bolsa total.

El ranking, que suma los maratones de los dos últimos años, lo lidera Kebede, con 65 puntos, mientras que Kiprotich tiene algunas chances, pese a ser tercero con 50. Para que este último gane el premio, debe llegar primero a la meta del Central Park y esperar que su rival termine fuera del podio. Si Kebede termina mejor, se llevará el medio millón.

"Ganar acá es algo que no tenía en mente, pero después de Moscú me dijeron que tenía opciones. Si gano, será muy especial para mí", comentó Kiprotich.

"Corrí hace dos años aquí y no me fue bien. Hay colinas al final, diferente a Chicago y Londres. Pero en mi país también hay colinas y llevo dos meses trabajando duro para esos últimos kilómetros", aseguró Kebede.

En mujeres el asunto es similar. Las keniatas Edna Kiplagat (55 puntos) y Priscah Jeptoo (50) aspiran a quedarse con el premio si ganan la prueba. Eso sí, si ninguna de ellas vence, los US$ 500 mil se los lleva otra keniata, Rita Jeptoo, quien no estará en la prueba.

LA SEGURIDAD CORRE
Nueva York será una prueba de peso para la seguridad en Estados Unidos. Está fresco aún el recuerdo de los atentados en la línea de meta del maratón de Boston en abril pasado, donde los artefactos explosionados dejaron tres muertos y más de 280 heridos.

Por eso, las medidas tomadas por la policía neoyorquina serán muy intensas y de similar calidad a las tomadas en la carrera de Chicago en octubre.

Más de 100 cámaras móviles de seguridad, perros especializados en explosivos, agentes de civil encubiertos entre los asistentes, helicópteros policiales y efectivos de la Guardia Costera en el puerto y el río Este estarán desplegadas a través de toda la ruta. Sin embargo, la llegada en el Central Park es la mayor preocupación para la policía.

Sin entrar en detalles, aseguraron que el contingente ahí será mayor que en sionado de policía de la ciudad.