Escapando de la guerra civil y con sus posesiones a cuestas, entre 600 y 800 personas cruzan a diario a Jordania desde Siria. Quienes pueden, se alojan con familiares, amigos o conocidos, o arriendan una vivienda. Quienes carecen de dichas redes o del dinero suficiente, dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. De acuerdo con Naciones Unidas, el 80% de los 589.792 refugiados sirios registrados hasta ahora en Jordania vive en áreas urbanas, mientras que el 20% restante permanece en campos y asentamientos habilitados. A tres años del inicio del conflicto interno, 2,6 millones de personas han buscado cobijo en los países fronterizos, y otros 6,5 millones se han desplazado al interior de Siria, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Puesto que hace más de un año el constante aumento del flujo de personas mantiene al límite las actuales instalaciones habilitadas para recibir a los sirios, Jordania construye a unos 100 kilómetros al este de la capital Amán y en 15 kilómetros cuadrados, un tercer megacampo de refugiados, llamado Azraq, que podrá albergar hasta 130.000 personas. Con 104.494 habitantes, su símil de Zaatari está colapsado, ya es la cuarta ciudad más grande del país y es el segundo mayor campo a nivel mundial tras el de Dadaab (en el este de Kenia y que recibe refugiados somalíes). En el segundo campo, el Emirates Jordanian Camp, viven, en cambio, 3.837 personas (un 7,3% de su capacidad total). Las instalaciones fueron financiadas por los Emiratos Arabes Unidos y, según la cadena de televisión qatarí Al Jazeera, cuenta con comodidades catalogadas como "cinco estrellas", si es posible hablar en esos términos de un campo de refugiados.
Cuando abra sus puertas este 30 de abril, Azraq, erigido en tierras desérticas, estará en condiciones de recibir en su primera etapa, a 13.000 refugiados. En el proyecto que se desarrolla hace casi un año trabajan 21 ONG y agencias humanitarias en estrecha colaboración con el gobierno jordano. En estas instalaciones no serán reubicadas personas que vivan en Zaatari; se destinará a recién llegados y refugiados que ya estén en el país y que esperan reunirse con sus familiares una vez que crucen la frontera. Servirá, además, como punto de reunión de familias que estén desperdigadas por el país. Al 25 de marzo pasado la comunidad internacional había invertido más de US$ 63 millones en carreteras, un hospital, dos escuelas, una estación de policía y sistemas de agua potable (a la espera de la perforación de un pozo al interior del campo). Según el diario jordano The Jordan Times, la Acnur se ha comprometido a tener listos 5.300 refugios tipo casas, de 24m² cada uno a un costo de unos US$ 2.257 la unidad.
Una de las principales novedades de las instalaciones de Azraq es el uso de energía renovable. En varias zonas se han instalado paneles de energía solar, los cuales permitirán iluminar el campo, a cuyos habitantes se les entregarán linternas solares para que carguen sus dispositivos electrónicos, informó la agencia de la ONU. "Nuestro objetivo común es proporcionarles a los refugiados los servicios lo más parecidos posible a sus zonas de residencia", afirmó Bernadette Castel-Hollingswoth, coordinadora del campo por parte de la Acnur.