NO se da por vencido fácilmente. Luego de que sus ofertas dirigidas a los accionistas de The New York Times no rindieran frutos, Chen Guangbiao, un excéntrico magnate chino del reciclaje, anunció que tiene interés en comprar el diario Wall Street Journal. El empresario, que tiene una fortuna estimada de US$ 825 millones, aseguró el domingo pasado que había fijado una reunión con un accionista minoritario del Times. Sin embargo, el martes declaró a Forbes que ese encuentro había fracasado debido a la enorme divulgación por los medios que se había hecho de sus intenciones de adquirir el diario estadounidense. "Soy enteramente culpable de esto", dijo Chen.

A pesar de ello, el millonario de 45 años y dueño de la empresa de reciclaje Jiangsu Huangpu Renewable Resources, no se mostró mucho tiempo desilusionado por el fracaso de la negociación, y aseguró a un medio televisivo chino que su próximo objetivo es averiguar si el diario Wall Street Journal está a la venta. En caso de que esto no fuera así, Chen sostuvo que seguirá intentado adquirir un medio con influencia internacional, y por lo mismo, también tiene en la mira a The Washington Post. Sin embargo, a pesar de haber asegurado que "no hay nada que no se pueda comprar por el precio adecuado", dejó de lado la posibilidad de comprar la cadena CNN, admitiendo que es muy cara, incluso para él.

Chen, ejemplo del millonario hecho a sí mismo que vivió una infancia mísera y triste, pues dos hermanos suyos murieron en esa época, también es conocido por su extravagante filantropía, ha manifestado que su plan es adquirir un medio de peso para poder "aportar una influencia positiva, contribuir a la paz mundial", además de "reconstruir la influencia" de los diarios estadounidenses llevándolos a China.

No obstante, hay quienes aseguran que Chen podría utilizar la prensa extranjera como herramienta de difusión del modelo comunista chino, sobre todo porque es conocido su ferviente nacionalismo. De hecho, en la época en que las tensiones entre China y Japón se vieron acrecentadas por la disputa territorial por las islas Diaoyu/Senkaku, el filántropo pagó US$ 30 mil por media página de publicidad en The New York Times, en la que aseguraba que las islas pertenecían a China.

Su fama mediática nació en 2008, luego de que un terremoto de 8 grados Richter azotara la provincia de Sichuan, en China, y dejara 90.000 muertos. En esa oportunidad, el magnate donó US$ 15 millones a las familias damnificadas, y viajó a la zona para liderar él mismo las tareas de rescate. Se fotografió con los afectados y montado arriba de una retroexcavadora. En 2011 repitió sus esfuerzos, en Japón cuando viajó al área afectada por el tsunami también se fotografió mientras entregaba dinero a las víctimas.