Durante los últimos años, el tráfico de cuernos de rinoceronte ha ido en aumento, principalmente por las propiedades que le otorgan a esta parte del cuerpo compuesta de queratina.

El principal mercado son los países asiáticos, donde se ha extendido la creencia de que un derivado de su cuerno cura el cáncer, mejora la resaca, y últimanente, se ha detectado un aumento en las ventas para fiestas de personas con gran poder adquisitivo, pues le han otorgado propiedades psicoactivas.

El alza de los requrimientos de este producto ha hecho que su precio en el mercado negro aumente considerablemente, donde un solo cuerno ha llegado a costar miles de dólares.

Tanto es el interés por este producto, que las cifras de muertes de rinocerontes a mano de cazadores furtivos se ha elevado considerablemente durante los últimos años. En enero, fuentes oficiales del gobierno de Sudáfrica informaron que durante el 2013 un total de 1.004 rinocerontes fueron abatidos durante por los cazadores furtivos. El año anterior, la cifra había llegado a los 668.

Y desde el 2008, el país ha visto morir a manos de los furtivos a 2.778 rinocerontes.

Los últimos informes advierten que la población de rinocerontes en Sudáfrica disminuirá rápidamente en los próximos tres años si no se protege, ni se erradica la caza furtiva.

De acuerdo a las autoridades y organizaciones de protección del este mamífero, quienes compran este producto a los furtivos son las mafias asiáticas, que luego venden a un precio muy elevado en China, Tailandia y, sobre todo, Vietnam.

A la caza de los rinocerontes, durante los últimos años ha ido en aumento también la muerte indiscriminada de elefantes, donde al menos 20.000 fueron cazados por furtivos en 2013 para satisfacer la creciente demanda del mercado asiático de productos realizados con marfil.

AYUDA PARA DETENER LA CAZA

En el apoyo a la protección de esta especie, Google realizó una donación hace un par de años al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), para que aviones no tripulados puedan proteger la vida silvestre en Africa y Asia.

"Se puede saber si un hombre está llevando una pala o un arma de fuego y si tiene el dedo en el gatillo o no", señaló en su oportunidad Clive Vivier, un agricultor co-fundador de una reserva de rinocerontes en Zululand en Sudáfrica.

Otra herramienta que hace algunos meses puso en práctica Kenia, es el de implantar microchips al millar de rinocerontes que habita en este país del este africano para combatir la caza furtiva de este mamífero.

"Podremos rastrear al rinoceronte donde quiera que esté y saber si su cuerno ha llegado a un mercado de Hong Kong", explicó el portavoz del Servicio de Protección de la Fauna y Flora keniano (KWS, por sus siglas inglesas), Paul Udoto.

Fotografía de Brent Stirton / National Geoagraphic