El crecimiento de los grupos nacionalistas radicales en los comicios europeos del fin de semana pasado tuvo su "guinda" en la elección de Udo Voigt, el primer europarlamentario del Partido Nacional Democrático Alemán (NPD), formación que reúne a los colectivos neonazis del país, cuando se cumplen 69 años de la derrota de la Alemania gobernada por Adolf Hitler, en la Segunda Guerra Mundial. La noticia fue recibida con espanto e inquietud por la mayoría de los partidos políticos germanos. El vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, fue uno de los pocos en pronunciarse: "Para mí, es un horror que el NPD haya conseguido un representante para el Parlamento Europeo por Alemania".

Voigt, cuya formación abiertamente antieuropea y xenófoba obtuvo cerca de 300.000 votos, es decir el 1%, se vio favorecido por la sentencia del Tribunal Constitucional alemán que derogó la barrera mínima de un porcentaje de votos para acceder a la Eurocámara. De hecho, obtuvo ese escaño pese a que recibió menos sufragios que en las últimas elecciones legislativas alemanas. Incluso, logra esa notoriedad en momentos en que se ventila una demanda de ilegalización en contra del NPD, presentada por la Cámara Alta del país (el Bundesrat) ante el Tribunal Constitucional.

Aunque tendrá un escaño garantizado en las sedes de Estrasburgo y Bruselas, la presencia de Udo Voigt en el Parlamento Europeo será meramente simbólica, debido a que presumiblemente verá restringidos sus márgenes de acción, quedará aislado de otras formaciones políticas y no podrá integrarse a algún grupo parlamentario. De hecho, la francesa Marine Le Pen, del Frente Nacional, ya rechazó cualquier alianza con Voigt.

De todas formas, su elección corona su carrera política. Con 62 años (nació en Viersen, Renania del Norte-Westfalia, en la Alemania Occidental), lleva 46 años como militante del NPD. Se afilió en abril de 1968, cuando tenía 16 años, inspirado por las enseñanzas de su padre, un soldado y miembro de las SS que peleó en la guerra y pasó cuatro años prisionero en la Unión Soviética. "No necesito leer libros de historia manipulados. Mi gran padre y mi abuelo me contaron todo lo que necesito saber sobre lo sucedido en el siglo XX. En las horas históricas, ellos estuvieron allí y las vivieron", declaró Voigt en 2004, en una entrevista con el semanario Die Zeit.

Se integró a la Fuerza Aérea pero fue expulsado en 1984, cuando se negó a renunciar a las filas del NPD. Con los años, el partido fue perdiendo fuerzas, pero logró un nuevo impulso con la reunificación del país, en 1989, y la aparición de nuevos desencantados en el este del país. Entre 1996 y 2011 fue el máximo líder del NPD, tras suceder a Günter Deckert, quien fue arrestado en 1995 y encarcelado durante cinco años por incitación al odio racial. Durante la gestión de Voigt, en 2004, algunos de sus hombres lograron ser elegidos para el Parlamento regional de Sajonia (oriente), gracias al "pacto de no agresión" con la Unión del Pueblo Alemán (DVU). El mismo fue elegido en 2006 para formar parte del gobierno de un municipio berlinés, pero fue derrotado cuando compitió por la alcaldía de Saarbrücken, capital de la región de Sarre.

Pese a que ha acumulado un expediente de 15 procesos judiciales por los delitos de "negación del Holocausto" y "porte de propaganda y símbolos nazis", en 2012 Udo Voigt fue condenado por un tribunal de Berlín, por los cargos de "incitación al odio racial y a la violencia" y "glorificación del nazismo", a una multa de 1.000 euros y una pena de 10 meses de cárcel bajo libertad condicional.

La llegada del dirigente neonazi al Parlamento Europeo es un nuevo tanque de oxígeno para el NPD, ya que no sólo está complicado por la demanda en el Tribunal Constitucional, sino que también está ahogado por las deudas.