En Av. Italia 1216, entre Marín y Santa Isabel, la diseñadora y modelista de zapatos, Arelis Gómez, cepilla uno de los pisos de la galería número 21 que se abrirá en marzo en el barrio Italia. Se llama Amor Propio y Arelis tendrá ahí su propia tienda, una de zapatos de autor, donde los clientes podrán elegir su propio diseño. A su lado tendrá su taller y otros dos acompañantes: una tienda de bicicletas y otra de ropa exclusiva.
Como esta galería existen 20 más repartidas en el sector, en Av. Italia -principalmente-, Tegualda, Condell y Girardi. Se trata de antiguas casonas de fachada continua que a partir de 2009 se empezaron a transformar o "reciclar", como le llaman los actuales locatarios que venden ahí sus productos de diseño.
El empresario, Jack Arama -quien es socio y gestor del proyecto Factoría Italia en la ex Sombrerería Girardi- fue quien dio el puntapié inicial. En 2009, compró un añoso inmueble de 300 m2 y lo refaccionó.
Pulió pisos, habilitó patios interiores y sustituyó el adobe por vidrio. Le llamó Italier y adentro construyó locales comerciales. En poco tiempo estaban todos arrendados por jóvenes diseñadores.
El modelo se comenzó a expandir. No solo Arama compró tres casonas más, sino que llegaron otros empresarios al barrio que copiaron su iniciativa.
Paola Kaiser fue la arquitecta encargada de remodelar las galerías comerciales del gestor de Factoría Italia. "La idea fue subdividir en pequeñas tiendas el espacio. Restauramos fachadas, despejamos patios y en algunos casos, reemplazamos las cerámicas Córdova por unas nuevas del mismo tipo", cuenta.
Palermo Soho
La mayoría de este tipo de pasajes comerciales cuenta con cafeterías, heladerías y restaurantes al fondo. ¿A los costados? Tiendas con ropa argentina, de bicicletas y accesorios importados, con muebles de autor, galerías de arte, librerías, tiendas de regalos exclusivos y almacenes con productos gourmet.
"Como las casas tenían accesos y pasillos angostos, activamos la circulación hacia adentro poniéndoles cafeterías o restaurantes al final", explica Kaiser.
Es el caso de La Candelaria(en la foto), que al fondo cuenta con una pequeña y coqueta cafetería. No solo tiene mesas dentro del local, también una terraza. Ahí un café y un muffin se acompaña al ritmo de la bossa nova y con una amplia variedad de lectura.
La dueña de este local,Paula Ureta, compró la galería completa en noviembre de 2011. "Vi las restauraciones que habían en el barrio y quise continuar con el concepto. Llamé a la arquitecta que había hecho las primeras en su tipo (Paola Kaiser) y comenzamos a trabajar", cuenta.
Hace tres años, una casa de fachada continua en el barrio, según cuenta el empresario Jack Arama, costaba cerca de $ 70 millones. Hoy, alcanzan los $ 250 millones. Para los que quieren arrendar los pequeños espacios dentro de una galería, los precios fluctúan entre las 0,6 UF y 1 UF el m2.
Cada casona reciclada, tiene en promedio cinco locales. Entre ellas figuran las primeras como Italier, Pequeña Italia, Casa Italia y Factoría Tegualda. Luego aparecieron Candelaria, Espacio Italia y Galería Oops, entre otras. En marzo de este año, serán inauguradas otras cinco: el Patio de la Abuela, la segunda parte de la existente Estación Italia (que conectará Av. Italia con Condell), Amor Propio y Espacio Condell (ver infografía).
Fernanda Lizana, que es dueña de la tienda de muebles italianos Composit y presidenta de la Corporación Barrio Italia, dice que el sector se ha vuelto un punto de interés, porque tiene un equilibrio justo entre la vida residencial, cultural y comercial. "Eso es lo que les resulta más cómodo a los diseñadores y emprendedores que llegan", dice Lizana.
Para varios locatarios, de hecho, este ambiente es similar al que existe en el barrio de Palermo Soho, en Buenos Aires.
Respecto de si la cantidad de casonas comerciales podría crecer explosivamente, Lizana confía en que el éxito del modelo no alterará el equilibrio del barrio.