“Si la caída del Muro de Berlín fue el verdadero fin del siglo XX, se puede argumentar que la demolición del World Trade Center fue el verdadero comienzo de la bienvenida del siglo XXI”. Así describió el historiador británico Timothy Garton Ash en su libro Facts are Subversive el significado que tuvieron a nivel geopolítico los atentados en EE.UU. el 11 de septiembre de 2001.
Los analistas coinciden que con el derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York, también cayó la idea de que la seguridad estaba garantizada para todos y que ese fue el verdadero éxito del golpe asestado por el grupo terrorista Al Qaeda a la principal potencia mundial. A partir de entonces este atentado que dejó tres mil muertos, cambió la dinámica y el orden mundial.
Sólo nueve días después del atentado, y con los escombros de las Torres Gemelas aún ardiendo, George W. Bush declaró la guerra contra el terrorismo, que incluyó intervenciones militares en Afganistán, en octubre de ese año, y en Irak, en marzo de 2003. Según dijo a La Tercera el ex agente de la CIA por 28 años, Paul Pillar, esta estrategia hizo que “Estados Unidos estuviera en una guerra permanente”.
Las guerras en Irak y en Afganistán tuvieron un alto costo para Estados Unidos, con 8.344 soldados muertos. Y, por otra parte, el país ha debido gastar entre US$ 4 billones y US$ 6 billones, según un cálculo realizado por la U. de Harvard en 2013, citado por la revista Time. Eso, sin contar que pese a la relativa derrota de Al Qaeda, el desastre en el territorio iraquí propició la irrupción del Estado Islámico.
“Tenemos una deuda y un déficit sin precedentes, según se puede ver, no todo se relaciona con el 11/9, pero la debilidad económica de EE.UU fue en gran parte acelerada por nuestra respuesta al 11/9”, señaló el profesor Michael Nacht en una publicación de la U. de Berkeley.
Un análisis del centro de estudios Stratfor señala que una de las consecuencias de los ataques fue que EE.UU. se concentró casi de manera exclusiva en el mundo musulmán, además de la masiva inversión que se realizó en seguridad nacional. “En vez de adaptar su estrategia global, EE.UU. se obsesionó con una sola región, el área entre el Mediterráneo y el Hindú Kush (macizo montañoso de Asia, situado entre Afganistán y el noroeste de Pakistán). Dentro de esta región, Estados Unidos actuó con una estrategia de balance de poder”, señaló el informe. “Enfrentó a todas las naciones en la región. Hizo lo mismo con los grupos religiosos y étnicos, especialmente en Afganistán y en Irak. En ambos casos buscó tomar ventaja de las divisiones internas, cambiando su respaldo en varias direcciones para crear un equilibrio de poder. Eso, al final, fue el auge de la estrategia”, añadió.
Existe una suerte de consenso entre los expertos de que tras el fin de la Guerra Fría, EE.UU. se convirtió en el único poder a nivel mundial. Sin embargo, luego de los atentados del 11/9, al concentrar sus esfuerzos en una sola región perdió el sitial que tenía, debido a que ahora es más débil en términos económicos y políticos. En este sentido, Mark Katz, profesor de gobierno y política de la U. George Mason, estima que tal fue la atención que Estados Unidos prestó a la guerra contra el terrorismo, que permitió a otros países que fueran construyendo su poderío, en particular Rusia y China. También figura el caso de Irán, que posteriormente negoció con Occidente un acuerdo nuclear.
“Creo que ayudó mucho a otros países, porque Rusia estaba temerosa de la rebelión de los musulmanes y que el islam radical se expandiera de Afganistán hacia Asia Central. Los chinos también tenían miedo que se extendiera. Incluso los iraníes tenían miedo del levantamiento de los sunitas yihadistas. Así que con la guerra contra el terrorismo de pronto era Estados Unidos que se estaba enfocando en su enemigo. Esa fue una ventaja geopolítica para ellos”, señaló en conversación con La Tercera.
Además, los analistas coinciden en que el miedo a los ataques terroristas no se esfumó tras el 11/9. Al contrario, Occidente teme en cualquier minuto otro París, otro Niza, otro Londres u otro Madrid.