Durante toda la semana fue uno más en las canchas del Club Palestino. Nada de privilegios. Tampoco fotos ni autógrafos. Así es Marcelo Ríos, el primer número uno del mundo del tenis iberoamericano y, hoy, colaborador de Nicolás Massú en el equipo chileno de Copa Davis. Una función que se toma muy a pecho y que ahora mismo es una parte muy importante de su vida.
Su sola presencia impone respeto entre los jugadores, quienes atentamente escuchan sus consejos y observaciones. También se da tiempo para bromear con ellos. Incluso, durante un entrenamiento agarró a pelotazos a Hans Podlipnik, con el objetivo de que se apurara. Todo bajo un ambiente de muchas risas.
Al Chino se le ve motivado con su trabajo. Y, por lo mismo, acepta hablar con La Tercera específicamente sobre este rol. Prefiere no referirse a otros temas, como la impugnación al título de Petr Korda en el Abierto de Australia, en 1998.
Con un semblante relajado y las manos en el bolsillo, inicia el diálogo afuera del camarín, mientras espera a Nicolás Jarry, quien minutos antes había vencido a Duilio Vallebuona para darle el 4-0 a Chile sobre Perú. Mientras se alista para exponer sus puntos de vista, pasa por su lado el capitán rival, Pablo Arraya, y le hace algunos gestos. El zurdo lo fulmina con la mirada.
Su opinión sobre el presente del tenis chileno es completamente opuesta a la que tenía hace cinco años. En esa ocasión no le interesaba involucrarse, porque no había proyectos ni bases para pensar en el corto, mediano y largo plazo. Hoy está muy ilusionado, y lo demuestra, analizando la victoria ante Perú.
"Creo que tenemos un equipo muy parejo y que el trabajo que hicimos en la semana fue bastante bueno, y la disposición de los jugadores, también. Tenemos un equipo para creer y mirar al futuro", comenta.
Sobre la serie en particular, piensa que no fue un buen parámetro para establecer una tendencia, debido a las diferencias de juego con el cuadro rival. Y con mucha franqueza lo sentencia: "Hoy en día, el equipo al que le ganamos, Perú, no es nada fuerte comparado con lo que tenemos nosotros. Entonces, no creo que haya sido una Copa Davis que nos haya dejado mucho. Pero sí creo que la gracia es seguir adelante y jugar con equipos fuertes, para ver realmente cómo están (Christian) Garin, (Gonzalo) Lama, (Nicolás) Jarry y (Hans) Podlipnik... Hay que verlos con equipos grandes y no contra un equipo como Perú".
Enorme ilusión
Más allá de que la confrontación frente a los incaicos no le haya dejado mucho en limpio, Ríos sí reconoce estar entusiasmado con la entrega de sus jugadores. Los jóvenes Nicolás Jarry y Christian Garin son los que se llevan sus mayores elogios.
"Siempre he visto a Jarry como un jugador bastante fuerte. Creo que hoy día (ayer) jugó muy bien, porque obviamente perdió los nervios (con respecto al debut). Y Garin siempre me ha gustado mucho. Creo que es un jugador bastante completo. Sí le falta, un poquito más, jugar bien los puntos importantes y hacerlo bajo presión", sostiene.
Con el Tanque, además, se formó una relación muy especial. De hecho, el propio jugador le agradeció públicamente el viernes, luego de su épico partido ante Duilio Beretta, ya que en varios pasajes del encuentro el ex número uno del mundo le dio indicaciones. "Teníamos contacto visual y me decía que estuviese tranquilo, que no me apurara y que las cosas iban a salir bien. Yo le hago caso en todo. Es mi ídolo y por lo tanto lo respeto", fueron las palabras del tenista.
El zurdo ahonda en los detalles de este vínculo. E, incluso, confiesa que para él es un deber ayudar a la joven promesa: "Con Garin hemos agarrado una relación muy buena. Es un jugador que escucha bastante y quiere aprender. Y eso es lo bueno. Siempre está tratando de que lo ayudes. Y, por mi parte, siento que me escucha harto y me siento bastante comprometido con él", admite. Y luego añade: "Lo que hace él en el tenis es muy bueno... La manera cómo lo enfoca es muy buena. Eso sí, creo que le falta experiencia y, ojalá, ganar partidos".
Con este equipo, las metas del Chino son ambiciosas. "La gracia es que ojalá subamos este año (a la Zona I Americana) y, luego, seguir adelante para llegar al Grupo Mundial, que es lo que nosotros estamos esperando y que es por lo que yo me metí a esto. Yo me metí para llegar al Grupo Mundial y, menos de eso, creo que no sería bueno para el equipo chileno", declara.
El tiempo se acaba y Marcelo Ríos vuelve al camarín. Toma sus cosas y parte raudamente a la cancha central para seguir el triunfo de Hans Podlipnik sobre Juan Pablo Varillas. Con renovada esperanza, cree que el tenis chileno va por una buena senda. Por eso camina tranquilo. Está seguro de que el futuro prepara nuevos capítulos de gloria.