Escasos chilenos fueron testigos de las hazañas de Nicolás Massú y Fernando González en Atenas. De hecho, el directorio de la Federación de Tenis debió ceder sus acreditaciones para que ambos tenistas pudieran contar con sus entrenadores. Por ello, son pocos los que pueden contar desde cerca lo ocurrido en la mítica ciudad griega. Sin embargo, estos espectadores privilegiados guardan imperdibles historias.

PIÑERA Y OSSANDON

El ex Presidente de la República, Sebastián Piñera, por esos días estaba alejado de la política y llegó a Grecia para ver los Juegos Olímpicos. "Soy un enamorado del deporte y admirador de los Juegos Olímpicos, que son una fiesta del deporte internacional. Desde Los Ángeles 1984 he tenido la oportunidad de asistir a muchos Juegos posteriores (Barcelona, Atlanta, Sydney, Atenas, Beijing). La excepción fue Seúl en 1988 y el último… Londres 2012, donde mis compromisos como Presidente me impidieron estar presente, pero pude grabar cada día de competencia y verlos con mi mujer, Cecilia", explica.

Justamente, en esa condición de fanático, el entonces empresario se albergó en el crucero Queen Mary II. No lo hizo solo, pues compartió habitación con su amigo Roberto Ossandón, hermano del senador Manuel José Ossandón.

"Sebastián me invitó a alojar al Queen Mary, nos quedamos ahí porque no había capacidad hotelera. Él me invitó hasta Madrid y yo tenía que conseguirme las entradas y el pasaje a Atenas. Allá llegué el día antes de la final de dobles, y me tuve que conseguir tickets en el mercado negro; Piñera tenía un pase especial", relata el ex tenista, quien agrega que en "el barco nos encontramos con el equipo de básquetbol estadounidense y nos sacamos fotos".

Por otra parte, relata que "como era amigo de Pato Rodríguez, pude entrar al camarín después de las finales. Ahí también aproveché de hacer pasar a Lázaro Calderón, Andrés Vicuña y a Piñera. Incluso, con Sebastián nos hicimos pasar por periodistas en una ocasión".

EL SACRIFICIO DEL PATO

Nicolás Massú debía prepararse para la final de singles. Sin embargo, lo iba a hacer con pocas horas de sueño, por lo que se hacía indispensable que ese poco tiempo fuera lo más reponedor posible. "Lo que pasa es que estábamos en el mismo piso de los nadadores. Ellos estaban en varias piezas y yo estaba con De la Peña, pero él se fue. Massú y González dormían en otra pieza y los nadadores se levantaban a las 5 de la mañana. Entonces, había que cuidar a Nico, por lo que decidí quedarme afuera de la pieza toda la noche y al menor ruido, yo me paraba para pedir silencio. Esa noche no dormí", comenta Patricio Rodríguez.

El doble campeón olímpico, añade que "esa noche, Fernando se cambió de pieza para dejarme dormir, mientras que el Pato se quedó afuera. Lo que hizo fue increíble y refleja su grandeza como persona y como entrenador".

SAN EXPEDITO

Uno de los momentos más difíciles de toda la semana fue cuando los alemanes Rainer Schüttler y Nicolás Kiefer disponían de cuatro puntos de partido en el cuarto set. La tensión era enorme. Ahí, el empresario Andrés Vicuña propone una particular idea: rezarle a San Expedito, patrono de las causas urgentes. "Andrés me dice que hay que rezarle nomás. Así que todos estábamos rezando al lado del Pato Rodríguez. Si no fuera por San Expedito…", narra Ossandón.

Por su parte, Horacio de la Peña, coach de Fernando González en ese momento, apunta algo más. Están 6-2 abajo y me acuerdo de que Kiefer se hace el cancherito y se equivoca. Y le grito desde afuera: 'Se cagó el alemán, hijo de la p…'. Se le cayó un piano encima. Pasó de sobrarse a cagarse de susto", sostiene entre risas el Pulga. El ex Presidente Piñera añade: "Recuerdo con emoción esos minutos en que estuvieron a punto de perder el oro en la final de dobles, sólo la fortaleza de Fernando y Nicolás les permitió quedarse con ese triunfo (por 6-2, 4-6, 3-6, 7-6 y 6-4)".

OBJETIVO ATERRIZADO

De la Peña reconoce que al saber el sorteo, se trazaron metas: "Cuando vimos el cuadro, el objetivo era llegar contra los Bryan y hacer un buen partido, y en el singles,  pensaba que Fernando perdía dignamente con Roddick y lo mismo Nico con Moyá. Sin embargo, los dos ganaron y, sinceramente, creí que la final iba a ser entre Fernando y Nicolás", confiesa.

EL OLVIDO DE LAS MEDALLAS

Luego de vencer a Mardy Fish por 6-3, 3-6, 2-6, 6-3, 6-4, Massú estaba extenuado. En shock. "Cuando empieza a despertar, me pregunta qué dicen en Chile y luego me dice: 'Puedo morirme tranquilo, pasé a la historia'", desclasifica Ossandón.

Luego de este episodio en el camarín, el viñamarino partió raudo esa misma noche a Estados Unidos, para jugar el US Open. Sin embargo, olvidó un pequeño detalle: sus medallas. Afortunadamente, las preseas fueron encontradas por Rodrigo Bañados, técnico del equipo de natación, quien se las entregó a Fernando González, todavía presente en Atenas. "Esa historia siempre me la recuerdan, ya me llegar dar lata contarla", remata entre risas el "Bombardero".