En agosto de 2007 la Iglesia Católica le notificó a Sandra Pavéz que no podía seguir ejerciendo como profesora de religión, asignatura que impartía hace más de 20 años en el Colegio Cardenal Antonio Samoré de San Bernardo. La razón: su condición de lesbiana.
"Desconozco como se enteraron pero tanto la Vicaría como el Obispado me preguntaron si era cierto y yo no lo negué porque no es algo que me de vergüenza. Yo llevaba trabajando más de 20 años y siempre he sido lesbiana, nunca había tenido problemas hasta que la Iglesia se escandalizó y emitió un certificado donde manifestaban que no era apta para el cargo", cuenta Sandra en conversación con La Tercera.
Agrega que "recurrí donde abogados y presenté un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de San Miguel que falló en mi contra. Luego recurrí a la Corte Suprema que también falló en mi contra a pesar de que todo el colegio me apoyó. Los estudiantes, padres, apoderados y colegas me apoyaron e hicieron hasta protestas en contra del Obispado. Como no fui oída por mi país, tuve que recurrir a organismos internacionales. Demandé al Estado Chileno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por vulnerar mis derechos".
Por ello el fallo de la Corte en favor de la jueza Karen Atala en contra del Estado Chileno, que le negó la tuición de sus hijas por ser lesbiana, fue una buena noticia para la profesora.
"Con el fallo en favor de Karen me siento esperanzada de tener algún día la misma alegría, para que nunca más se discrimine a alguien por su orientación sexual. No me importa que la Corte demore, pero tengo la esperanza que algún dñia me den la razón. Estoy dando la lucha para que en este país se termine la discriminación con los que amamos diferente", sentencia Sandra.
Desde enero de 2009 la causa de Sandra permanece en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que es el paso antes de pasar a la Corte una vez acogida su admisibilidad.