En la visita a Reino Unido de Barack Obama y su esposa Michelle, en los encuentros que han sostendio con los duques de Cambridge, la reina Isabel y David Cameron, han protagonizado situaciones que van más allá de los estrictos protocolos de la monarquía.
El mandatario norteamericano perdió protagonismo cuando se reunió con el príncipe Guillermo y Kate Middleton, los nuevos duques de Cambridge, que el pasado 29 de abril protagonizaron "la boda del siglo". Pese a que se trataba de una visita protocolar, en la que la joven pareja daría la bienvenida a los estadounidenses, los titulares destacaron otros ámbitos de la reunión. Entre ellos, el vestido de la duquesa, que con un valor de sólo US$ 267 recibió halagos por su simpleza y elegancia.
Durante la reunión, señala el medio Herlad Sun, los temas más importantes no tuvieron que ver estrictamente con la relación de los países, sino que, por el lado de los hombres, la plática se centró en la labor de Guillermo en la aviación, mientras que las mujeres se concentraron en los pormenores de la boda real.
Ayer, Obama se reunió con David Cameron, el primer ministro británico, con quien formó un improvisado equipo de tenis de mesa, para hacer frente a dos adolescentes. Pero los mandatarios no lograron sacar a relucir sus dotes deportivos, perdiendo por 11 puntos contra cero. Pero el presidente y el primer ministro no dejaron que la derrota afectara un asado que el británico ofreció, en el que ambos se dedicaron a servir a los invitados.
Otro hecho tuvo lugar ayer, cuando Obama llegó hasta la Abadía de Westminster, donde tuvo que firmar en la agenda de visitas. El presidente escribió "es un gran privilegio conmemorar nuestra herencia común y nuestro sacrificio común". El problema surgió cuando, en vez de escribir como fecha 24 de mayo de 2011, Obama escribió 24 de mayo de 2008.
Anoche, tuvo lugar una cena de gala en honor de los invitados, además de un bochornoso momento para Obama, por no conocer el protocolo por el que se rige la reina.
Según el sitio web del medio británico The Telegraph, el mandatario estaba sentado entre la reina Isabel y la duquesa de Cornwall, cuando se levantó de la silla para proponer un brindis, "a su majestad, la reina". El problema ocurrió cuando la orquesta se confundió, y creyó que era el momento para comenzar a tocar el himno del país.
Según el protocolo, nadie puede hablar mientras esto sucede, pero Obama no se inmutó, y continuó con su discurso ante invitados que incluían a Tom Hanks, Kevin Spacey y Helena Bonham-Carter. "Por la vitalidad de la especial relación entre nuestra gente", dijo a voz alta Obama, a lo que la monarca no contestó, lo que incomodó al presidente, que tomó asiento. Una vez que la orquesta terminó el himno, Obama repitió el gesto, recibiendo una sonrisa por parte de la reina.