Kobe Bryant tuvo una jornada brillante la noche del martes: el jugador de Los Angeles Lakers le anotó 39 puntos a Phoenix Suns. Hasta ahí las que parecerían buenas noticias para el segundo equipo más ganador de la historia de la NBA.

Porque la verdad del asunto es que Bryant marcó buena parte de las anotaciones de su escuadra en una derrota por 112-106. No sólo eso. La caída es la quinta en la temporada para los laguneros. Y han jugado cinco partidos, tres de ellos en el Staples Center: Houston, Phoenix, Clippers, Golden State y otra vez Suns.

Jamás en Los Angeles se había visto un inicio de año tan malo. Hay un registro peor, que data de 1957, cuando la franquicia estaba en Minneapolis: esa vez Lakers perdió los primeros siete compromisos de la liga.

No es la idea en California alcanzar esa marca, poco está haciendo el equipo por evitarlo, pero no se juega bien. A Clippers se le pudo ganar y el martes estuvieron a dos puntos de Suns, pero perdieron.

Lo de Bryant habla por sí mismo. Números que parecerían de estrella de la NBA, como los 27,6 puntos por partido, no son más que el reflejo de un equipo que apenas lo tiene a él como elemento diferenciador.

"Es fácil criticar que tiras 37 veces sin fijarse en todo el trabajo que hay detrás de esos tiros. Este equipo tiene que ser tozudo como una mula. Pierdes cinco seguidos, también puedes ganarlos después. Todo lo que hay que hacer ahora es conseguir una maldita victoria", declaró Bryant.

Hay fuertes críticas a los nulos planteamientos defensivos que usa el coach Byron Scott. A Lakers le han anotado 584 puntos, unos 117 por choque, la segunda peor marca de los últimos 20 años (tras Warriors 2007-2008).

También es cierto que tiene poco a qué echar mano. Bryant no tiene acompañantes de nivel: Steve Nash se retira, Julius Randle estará lesionado toda la temprada regular y Nick Young sigue fuera.

Lakers juega su sexto partido de liga este sábado, ante Charlotte Hornets, en casa.