"El peor daño de la guerra es el que se hace a los jóvenes enviados a pelear"

Ganadora del National Book Award y candidata al Premio Nobel, la escritora, Joyce Carol Oates publica un libro de cuentos y una novela sobre un joven veterano de Irak.




El bosque es hermoso, oscuro y profundo, según un poema de Robert Frost. Oscuro y profundo es también el bosque montañoso en que desaparece una joven, lo que desencadena la trama de la última novela de Joyce Carol Oates (1938), Carthage. Y el verso de Frost da título asimismo a su más reciente libro de cuentos.

Oscuros hechos ocurren en el pueblo de Carthage. En 2005, la familia Mayfield queda desolada cuando la menor de sus hijas, la disfuncional Cressida, de 19 años, desaparece. Las sospechas recaen sobre Brett Kincaid, joven veterano de la guerra en Irak -de la que regresó mutilado física y afectivamente-, quien había sido prometido de Juliette, hermana de la desaparecida. Brett confiesa haberla matado, pero no tiene ese recuerdo, sino más bien alucinaciones. El cuerpo de ella nunca es encontrado.

La escena se traslada a Florida, siete años después. Se altera el punto de vista, ahora al de Cressida: no la encontraron porque ella huyó del pueblo y cambió de nombre.

La narración, así, en una sucesión de voces, va adoptando giros inesperados, variando enfoques (de víctimas a responsables y lo difícil que es a veces la distinción), indagando en los temas a los que Oates suele volver: los límites de la violencia, la dificultad de las familias, la sobrevivencia de personajes dañados.

Por otra parte, la escritora enfureció a amigos y familiares de Robert Frost (muerto en 1963) al presentarlo en un cuento sobre una supuesta entrevista que le hace en 1951 una joven periodista como grosero, vanidoso, racista y cruel. Publicado en la revista Harper's, luego en la antología de Granta Dead people, ahora es recogido, junto a otros 12 relatos en Lovely, dark, deep. Otros temas figuran allí: desde el miedo de una pareja ante un mastín a la obsesión de una mujer por tener a la vista a su esposo pues teme que desaparezca de su vida. La autora responde desde su casa en Princeton.

De sus últimos tres libros, dos son de cuentos. ¿No comparte la idea de que el cuento es un pariente pobre de la novela?

Siempre me han gustado los cuentos, desde la belleza sutil de Chéjov y Joyce hasta la belleza más dramática, discreta, de Hemingway. Es muy natural para un joven escritor escribir ficción breve ya que una novela es un esfuerzo considerable.

¿Qué es lo que más le gusta del cuento?

Como dice Poe, un cuento debe ser leído de una sola sentada. Es como la descripción de un poema hecha por Robert Frost como hielo "que cabalga en su propia fusión" en una estufa caliente. Obviamente, el cuento es una experiencia intensa, mientras que la novela es más difusa.

Hablando de Frost, ¿se imaginó la polémica que causaría su cuento sobre un Frost ficticio en Lovely, dark, deep?

En realidad, no. El reto de Granta era escribir una entrevista con una persona que ya no vive. Todas las entrevistas de la colección Dead people son provocativas, pero por alguna razón la mía fue singularizada tanto para el elogio como para la censura. En algunos círculos, Robert Frost se considera un tema sagrado; pero, por supuesto, como la mayoría de los individuos de genio, él era complejo, profundo, "oscuro" y no un anciano abuelito convencional.

¿Tuvo alguna mala experiencia con perros grandes?

Sí, mi marido y yo vamos a menudo de excursión a Wild Cat Canyon, en las colinas de Berkeley, y han aparecido perros grandes en el camino.... Definitivamente, había un mastín de aspecto amenazante una vez. El relato tiene elementos autobiográficos, pero no fui atacada por tal perro.

En Carthage, desde el título, resuenan connotaciones trágicas y ecos míticos en los nombres de los personajes. ¿Es deliberado?

Sí, son elegidos deliberadamente. Hay una pequeña ciudad cercana llamada Sparta, el escenario de Ave del paraíso; y la ciudad de Ithaca aparece en Mujer de barro. En el norte del estado de Nueva York hay muchos nombres "clásicos" para las ciudades y los asentamientos, elegidos por los colonos con educación en cultura clásica. Que lo "mítico" tenga eco en el siglo XXI me parece apropiado.

Pero la guerra que aparece no es un mito...

Carthage es una novela de la época de la guerra de Irak y sus consecuencias, pero más generalmente es una novela de la traición: el joven veterano ha sido traicionado por su país para renunciar a su futuro, y la mujer joven (Cressida) se siente traicionada por su familia y por su comunidad, ya que es una persona extraña, no convencionalmente "femenina", una artista.

¿Cuál es el peor daño causado a una sociedad por la guerra?

Además de la devastación real, el peor daño se hace a los jóvenes que son enviados a librar la guerra. Tanto física como emocionalmente, ellos corren el riesgo de ser severamente dañados. Estamos viendo las consecuencias en los Estados Unidos ahora: la pasmosa cifra de 25 veteranos que comenten suicidio diariamente. ¿Cómo puede tal tragedia ser asimilada en la cultura estadounidense?

Una familia aparentemente exitosa se derrumba. ¿Nunca las cosas son lo que parecen a primera vista?

Esta es la primera premisa del arte: "Nunca las cosas son como parecen a primera vista". Pero con el tiempo, después de su exilio, Cressida regresa a su ciudad natal, hace penitencia al confesar su fechoría y espera compensarla. No sabemos si será aceptada por el ahora discapacitado soldado Brett, pero ella continuará visitándolo en prisión y le ofrecerá su amistad.

¿Considera que se deben pagar no sólo los propios pecados, sino también los de los padres?

En lo personal, yo no diría que así debe ser; pero ocurre que esto es a menudo el caso. Los "pecados de los padres" se infligen a las generaciones que siguen. Lo estamos viendo más dramáticamente en términos de un medio ambiente devastado y en el cambio climático, así como en la conducción de guerras inútiles e interminables.

¿Es cierto que su próximo libro es uno de memorias?

Mi próximo libro es The lost landscape: A writer's coming of age, que es mucho de lo que sugiere su título. Un acento en la infancia: padres y abuela amorosos y alentadores; misteriosas vidas de coetáneos (un amigo de la escuela que se suicidó); la emoción de asistir a la universidad. Fundamentalmente la memoria está enfocada en mi vida familiar, en el cálido apoyo de mis padres y la madre de mi padre que me regaló libros y, a los 14 años, mi primera máquina de escribir, la que, de hecho, cambió mi vida.

"Los 'pecados de los padres' se infligen a las generaciones que siguen. Lo estamos viendo en el cambio climático, así como en las guerras inútiles".

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