Ramón Castillo Gaete de 35 años se autodenominó "Antares de la luz", y era la divinidad al interior de la secta que funcionaba en Colliguay, Región de Valparaíso, y sería el responsable de la muerte de un bebé de tan sólo dos días, por considerarlo un "anticristo".
La secta tenía aproximadamente 12 miembros, quienes recibían 45 golpes en el cuerpo con un palo, cuando su divinidad consideraba que tenían "vibraciones positivas en un nivel bajo".
Si el integrante a la secta lloraba luego de estos 45 golpes, "Antares de la luz", los volvía a azotar tres veces más.
Castillo Gaete profesaba que ante el posible fin del mundo, las personas pertenecientes a la comunidad debían realizar sacrificios, hecho en el cual el bebé de dos días aparece en escena y es arrojado, con permiso de su propia madre, al fuego.
La agrupación funcionaba desde el 2009, y todos sus miembros consumían una droga llamada Ayahuasca, que tiene propiedades psicotrópicas que afectan directamente a la conciencia, o la capacidad de explicar el entorno, el tiempo y la propia percepción del cuerpo.