Juan Ruiz Varas de 39 años asesinó la noche del domingo en Punta Arenas a dos hombres, creyendo que eran amantes de su actual pareja. No conforme con esto, luego le sacó los ojos a su mujer.
Ante este impactante caso, el OS-9 de Carabineros realizó un perfil crimonológico del sujeto, el cual es bastante concluyente.
El victimario, que falleció abatido a tiros por la policía en un amplio operativo, tuvo una infancia bastante normal de acuerdo al informe. En cuanto a su vida amorosa, a los 17 años tuvo una relación de pololeo con una joven con la cual tiene una hija de ahora 16 años. Luego de esto terminaron por infidelidades del mismo Ruiz.
Tras esto, el homicida se casó, teniendo tres hijos con su esposa, sin embargo, la relación termina años más tarde.
"Ruiz se habría caracterizado por numerosas relaciones informales, su última relación habría sido con Carolina Barría, con quien tenían un hijo de cinco meses de edad. Pese a tener cinco hijos reconocidos en total, no se habría hecho cargo en su totalidad de la manutención de éstos, manteniendo una conducta irresponsable y azarosa en cuanto a visitas y al sustento", indica el informe.
En cuanto a su estilo de vida, Ruiz presentaba inclinación "por las emociones fuertes y adrenalínicas". Se desprende un estilo de vida irresponsable, tanto en el cuidado de sus hijos como responsabilidades económicas; sin continuidad laboral ni propositividad vital.
Ruiz "representa su personalidad celópata y reacciones con impulsividad desproporcionadas ante eventos frustrantes. Aun cuando no existían denuncias formales en su contra por VIF, sometía a sus parejas a la restricción social bajo la sospecha que le podrían ser infiel".
"Su impulsividad queda de manifiesto en acciones como el abuso sexual hacia una menor de edad, del que fue acusado en al año 2006 y la profusión de sus relaciones amorosas, formales e informales. Si bien, este sería un patrón característico dentro de su historia vital, en los crímenes cometidos, se evidencia planeación y frialdad, toda vez que el secuestro de su pareja e hijo se produjo por varias horas, sin importar que tras ello, se pusiera en riesgo la vida de su propio hijo", sentencia el perfil hecho por Carabineros.
Dentro de conclusiones del perfil están que el homicida cuenta con una personalidad celópata, incapaz de controlar sus celos exacerbados. "Los crímenes cometidos, especialmente las lesiones y mutilaciones dejadas en el cuerpo de su ex pareja son una expresión analógica de su personalidad perversa, reflejando actos de tortura y sadismo, indicativo de un rol comunicativo dirigido a su víctima".