Juan Antonio Pizzi ya comenzó a idear el plan anti-Argentina. El director técnico de la selección chilena no quiere perder tiempo de cara a la final de la Copa América Centenario, que se disputará este domingo en el Metlife Stadium, en Nueva Jersey. Por eso, el entrenador ya tiene a mano todos los antecedentes del conjunto que dirige Gerardo Martino, con el fin de estudiar al detalle todas sus fortalezas y debilidades para vencerlos en el duelo definitorio.
El trabajo comenzó ayer en Chicago, desde muy temprano, inclusive antes de que la Roja se embarcara a Nueva York, tras derrotar a Colombia en semifinales. Macanudo, junto con sus colaboradores, analizaron en el hotel de concentración al equipo liderado por Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, que busca romper la sequía de títulos que arrastra su escuadra.
Según apuntan desde la delegación nacional en Estados Unidos, para elaborar la estrategia que se empleará pasado mañana, el entrenador tomó como base los tres últimos enfrentamientos ante la Albiceleste: la final de la Copa América 2015, que ganó Chile en penales, más las derrotas en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018 y en el debut en el actual torneo.
Esas dos caídas, precisamente, fueron bajo la conducción de Pizzi, por lo que el DT tiene bastante fresco lo que hizo bien y mal en ambas oportunidades. Sin embargo, aquello no le basta y, por eso, el compromiso disputado el 4 de julio del año pasado en el Estadio Nacional, que terminó con la obtención del título para el equipo de Jorge Sampaoli, es una parte importante dentro de su planificación.
La razón es simple: en esa oportunidad, la Roja del casildense ideó una táctica enfocada en anular a la Pulga, lo que generó como consecuencia que todo el equipo transandino, en general, no funcionara. Este plan fue ejecutado prácticamente a la perfección y le permitió a la Roja contrarrestar el poderío goleador de su rival y llevarlo a los lanzamientos penales, donde finalmente se impuso.
Pizzi también buscará una fórmula de cercar al astro del Barcelona, cuya marca comenzará en el mediocampo con el regreso del suspendido Arturo Vidal. Le preocupa lo certero que está el 10 en las pelotas paradas, expediente mediante el cual ya ha anotado en dos ocasiones. Por eso, la idea es encerrarlo y cometer infracciones en caso de que sean necesarias, pero lo más lejos posible del área de Bravo.
Eso sí, lo primordial para él será privilegiar la posesión, tomar la iniciativa y buscar el gol tempranero que obligue al rival a salir y a dejar espacios, tal como ocurrió ante México y Colombia. En dicha labor, es fundamental Marcelo Díaz, quien pudo haber jugado ante Colombia, pero fue guardado para la final, la que, de todas maneras, no disputará en su ciento por ciento. Su labor es clave. Es siempre la primera salida y maneja a la perfección los tiempos del equipo. No se desespera y sabe siempre hacer la pausa de un equipo que se caracteriza por el vértigo.
Macanudo entiende que Argentina es vulnerable cuando es atacada, más allá de que apenas ha recibido dos goles en toda la Copa.
Entre las principales conclusiones del DT, se destaca que Argentina no es un equipo que no se obsesiona con la posesión, sino que es más directo y contragolpeador.
"Pizzi sabe que Martino busca aprovechar la velocidad y agresividad de los hombres de mitad hacia adelante. Más que un duelo de dominio, lo que ellos proponen es sorpresa, presión alta y contraataque, a lo que se suman los pelotazos cruzados de Mascherano y Banega a la espalda de los defensas", dicen en la Roja.
El plan está en marcha. Para ganar, todo debe resultar a la perfección.