¿Cuál es el objetivo a largo plazo del Kremlin? Esa es la pregunta que ronda desde que comenzó la crisis en Ucrania el año pasado. Según una columna del economista Nouriel Roubini, publicada por el diario inglés The Guardian, aunque el objetivo inmediato del Presidente ruso, Vladimir Putin, puede haberse limitado a recuperar el control de Crimea y conservar una pequeña influencia en los asuntos de Ucrania, su ambición a largo plazo es mucho más audaz: reconstruir de alguna forma una suerte de unión supranacional de estados miembros, como la Unión Europea (UE).
Este objetivo no es sorprendente, ya que -aseguran los analistas- Rusia se ha visto a lo largo de la historia como una gran potencia. Así, bajo los zares, la Rusia imperial extendió su alcance a través del tiempo. Bajo los bolcheviques, construyó la Unión Soviética y una esfera de influencia que abarcaba la mayor parte de Europa central y del este. Y ahora, bajo Vladimir Putin, Moscú planea crear con el tiempo una gran Unión Euroasiática (EAU).
"Sugerimos una potente asociación supranacional capaz de convertirse en uno de los polos en el mundo moderno", escribió Putin en el artículo de opinión de 2011 en el que describió por primera vez su visión.
Según el diario Boston Globe, pese a esta ambición y la grandeza del nombre, la Unión Euroasiática no se ha discutido mucho en Occidente fuera de los círculos de política exterior. Cuando se le preguntó sobre ello en marzo pasado, el Departamento de Estado se negó a contestar, aunque esto no significa que los funcionarios norteamericanos no estén preocupados. Así, en diciembre de 2012, la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton hizo el siguiente comentario: "Existe un movimiento para volver a sovietizar la región". "Que nadie se equivoque al respecto. Sabemos cuál es la meta y estamos tratando de encontrar formas efectivas para demorarlo o prevenirlo", añadió. Para los analistas no es extraño pensar que esas sean las verdaderas intenciones de Putin. De hecho, según recordó Roubini en su columna, el mandatario ha dicho que la desintegración de la Unión Soviética fue "la mayor catástrofe geopolítica del siglo".
Mientras que la EAU es todavía sólo una unión aduanera, advierte Roubini, la experiencia de la UE sugiere que el éxito de una zona de libre comercio conduce con el tiempo a la integración económica, monetaria y eventualmente política más amplia. "El objetivo de Rusia no es crear otro Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta). Se trata de crear otro de la UE, con el Kremlin que sostiene todas las palancas reales de poder. El plan ha sido claro. Comenzar con una unión aduanera -inicialmente Rusia, Bielorrusia y Kazajistán- y añadir la mayor parte de las otras ex repúblicas soviéticas. De hecho, ahora Armenia y Kirguistán están en juego", señaló el economista.
Una vez establecida una amplia unión aduanera, el comercio, los vínculos financieros y de inversión dentro de ella crecen hasta el punto de que sus miembros estabilizan sus tipos de cambio con los otros, añade el analista. Entonces, tal vez en un par de décadas después de la unión aduanera, sus miembros consideren la creación de una verdadera unión monetaria. Como la experiencia de la eurozona demuestra, sostener una unión monetaria requiere operaciones bancarias y la unión económica y fiscal completa. Y, una vez que los miembros renuncien a su soberanía sobre el año fiscal, bancario y los asuntos económicos, pueden llegar a necesitar una unión política parcial para garantizar la legitimidad democrática.
PASO FALLIDO
Según Roubini, el primer paso de esta unión aduanera era incluir a Ucrania, que es el mayor vecino de Rusia al oeste. Esa fue la razón porque Putin presionó al ex Presidente de ese país Viktor Yanukovich a abandonar un acuerdo de asociación con la UE. También es la razón por la cual Putin reaccionó a la caída del gobierno de Yanukovich al hacerse cargo de Crimea y desestabilizar el este de Ucrania.
"Si usted tiene Ucrania, la Unión Euroasiática mueve un poco más al oeste, y la coloca justo en la frontera de la UE", dijo al Boston Globe Hannah Thoburn, analista del Foreign Policy Initiative, una organización con sede en Washington. "Rusia quiere desesperadamente tener a Ucrania", concluyó.