La siguiente imagen recorrió el mundo durante la semana. En la maratón de Austin, en Texas, todo indicaba que la keniata Hyvon Ngetich se posaría sobre un podio, pero en los últimos 50 metros su suerte cambió. Una descompensación muscular la dejó en el suelo -literalmente- y, gateando, cruzó la meta, quedándose con el tercer puesto, ayudada sólo por su propio ímpetu y tenacidad.
"No recuerdo cómo llegué a la meta", confesó más tarde la joven africana, que igualmente recibió de premio un monto similar al del segundo lugar.
De aquella postal ya se cumplieron seis días, pero su imagen seguirá presente durante mucho tiempo. "No es común que está clase de situaciones ocurran, pero lo entiendo completamente", comentó desde España el fondista nacional Víctor Aravena.
"Un atleta se prepara mucho para una competencia así y sabe hasta cuánto puede correr para no fatigarse", agrega el medallista dorado en los últimos Juegos Odesur, quien incluso recordó que en una ocasión él debió terminar una carrera con sangre en la nariz: "Esa carrera fue en Argentina, en unos Juegos Bicentenario, pero todo el resto de mi cuerpo estuvo bien y gané la carrera".
Lo que le ocurrió a Ngetich en Austin se puede responder a diversas razones. Deshidratación, falta de reservas energéticas o una mala planificación de la carrera aparecen como los principales detonantes.
Aravena cree que ocurrió porque "ella entregó todo, quemó todos sus cartuchos". Y asegura que "para que no pase eso, se debe correr cómodo". Con correr cómodo, el coronelino se refiere a desplazarse durante la carrera al ritmo con el que habitualmente se entrena, exigiéndose sólo en el tramo final.
Pese a lo anterior, el campeón juvenil sudamericano confesó: "Si a mí me pasara, me gustaría que me dejaran terminar".
Similar opinión es la del experimentado entrenador Jorge Grosser. El penquista está convencido en que la keniata "corrió como no debía correr".
Sin embargo, a diferencia de Aravena, su postura apela a la salud de la deportista. "Esto es como el boxeo: si te están pegando mucho es mejor quedarse en el suelo, retirarse y dar otra pelea, ya que puede ser peligroso terminar una maratón en esas condiciones".
Para muchos, la carrera de la keniata debió ser detenida al momento de sufrir la descompensación, debido al riesgo físico al que se exponía. Otros, en cambio, avalan lapostura de la organización y comparten la idea de terminar la carrera como sea.
"Hay que entenderlo desde el punto de vista que ellos son deportistas profesionales y se preparan día a día para romper sus límites", asegura Pablo González, head coach del club Road Runner de Santiago.
Agrega además: "Para los atletas esto es un trabajo. Es lo mismo que ocurrió con Gary Medel en el Mundial de Brasil: él jugó desgarrado, pero demostró profesionalismo y pasión".
Road Runner, club al que entrena González, está conformado por 220 atletas activos, todos ellos amateur. Por ello, descarta de plano tomar una decisión como la de Hyvon Ngetich con sus alumnos: "Un amateur no debe exponerse a eso, no es la esencia del deporte. Las personas corren para liberar estrés, para alcanzar un estado meditativo".