En Homeland, la popular serie de televisión estadounidense, un soldado vuelve a su país tras permanecer años como cautivo por grupos islámicos en Irak. Pero su retorno ocurre bajo un manto de sospechas. Un agente de la CIA cree que el militar se unió a Al Qaeda y que ahora podría atentar contra Estados Unidos. Esta historia posee una gran similitud con lo que le ocurrió al soldado norteamericano que fue liberado el sábado por los talibanes y cuyo caso le ha valido sendas críticas al Presidente Barack Obama, ya que lo intercambió por cinco talibanes presos en Guantánamo.

El sargento Bowe Bergdahl, de 28 años, era el único prisionero de guerra de EE.UU. en Afganistán. Su liberación bien podría haber sido vista como un triunfo para el gobierno estadounidense, pero incluso hasta los propios compañeros de armas de Bergdahl están indignados. Ello, porque lo consideran un desertor, cuya búsqueda le costó la vida al menos a seis uniformados estadounidenses, al estilo del filme Salvando al soldado Ryan, de Steven Spielberg.

Oriundo de Idaho, en el noroeste de EE.UU., Bergdahl se enlistó en el Ejército en 2008 sin contarles a sus padres. En mayo del año siguiente ya estaba en territorio afgano, en la provincia de Paktika, como "ametrallador" del Segundo Pelotón de la Compañía Blackfoot. Según una serie de correos electrónicos que envió a su familia, todo iba viento en popa en un comienzo, pero al poco tiempo el tono cambió y el soldado habría manifestado su descontento y su desilusión con la política contrainsurgente del Ejército.

Hasta que pasada la medianoche del 30 de junio de 2009, Bergdahl desapareció. Según The New York Times, dejó el campamento con un saco de dormir, agua, unos cuchillos, un notebook y una libreta. Nada más, pese a la violencia que reinaba en ese entonces en esa provincia afgana, en la frontera con Pakistán.

Bergdahl les habría dicho a sus compañeros que su idea era llegar caminando hasta China. Sus superiores no se dieron cuenta de su desaparición hasta la mañana siguiente. Entonces pusieron en marcha un gigantesco operativo de búsqueda, con aviones Predator, helicópteros Apache y perros rastreadores. Veinticuatro horas después, la inteligencia estadounidense captó un diálogo de un grupo de talibanes y confirmó que el soldado había sido secuestrado.

Algunos de sus compañeros contaron después que Bergdahl era aficionado a la lectura, que no bebía cerveza como los demás, que solía estar solo en su litera y que estaba muy interesado en aprender las lenguas locales, incluido el pashtún (el idioma de esa zona).

En 2010, el Pentágono concluyó que el sargento Bergdahl abandonó su posición por voluntad propia y que fue capturado por los talibanes mientras se encontraba deambulando por alguna parte. Luego, sus captores dieron a conocer varios videos para confirmar el secuestro.

Tras una larga gestión y gracias a la mediación de Qatar, el sábado se concretó el acuerdo para la liberación del soldado. Ayer, los talibanes dieron a conocer el video del rescate, que duró apenas un minuto. El hecho tuvo lugar en la provincia de Khost. En las imágenes se ve al sargento con ropa tradicional afgana, rapado y delgado. Antes de subirse a un helicóptero Black Hawk, se escucha que un talibán le advierte: "No vuelvas a Afganistán. No saldrás con vida la próxima vez". Bergdahl se recupera en Alemania, mientras en su pueblo natal, Hailey (Idaho), decidieron cancelar la fiesta de bienvenida en su honor ante la sospecha de que es un desertor.