Es el momento de la última aventura para Katniss Everdeen en la pantalla grande. O por lo menos, la primera mitad de ésta. Los juegos del hambre: Sinsajo, Parte 1, que se estrena el jueves en Chile, comienza a bajar el telón para la saga juvenil más exitosa de la actualidad, la que ocupó el espacio vacante que dejó el fin de Harry Potter en 2011, y Crepúsculo al año siguiente.
Las películas protagonizadas por Jennifer Lawrence lograron extender el éxito de las adaptaciones de novelas adolescentes en el cine, además de poner de moda elementos propios, que ni las películas del niño mago o de los vampiros incorporaban. La idea de un futuro distópico donde los jóvenes son los más afectados, y la de una mujer que logra inspirar a la sociedad para rebelarse contra la autoridad, dieron paso a la transformación de estas temáticas en sinónimo de taquilla, confirmado en el éxito de Divergente (2014).
Con dos cintas, Los juegos del hambre (2012) y En llamas (2013), la saga ha reunido 1.500 millones de dólares en todo el mundo, con dos cintas aún por estrenarse. En dos años, Jennifer Lawrence pasó de estrella ascendente en el cine independiente, a uno de los rostros de mayor impacto en el Hollywood actual, premio Oscar incluido. Su personaje se separó de lo hecho por Emma Watson en Harry Potter y Kristen Stewart en Crepúsculo, siendo derechamente la fuente de la acción.
Para extender un año más el éxito, el último libro de la saga se dividió en dos películas, al igual que lo hecho por otras sagas juveniles (y que también hará Divergente). Esta entrega parte inmediatamente donde terminó la película anterior, con Katniss a punto de liderar de mala gana un levantamiento contra las autoridades de Panem, además de buscar liberar a su capturado compañero, Peeta Mellark (Josh Hutcherson).