El productor alemán que está detrás de la canción del "Osito gominola"

Jürgen Korduletsch es el tipo que tiene los derechos sobre la canción, que ha sido traducida a 11 idiomas y cuyo clip superó los 200 millones de visitas en YouTube.




Jürgen Korduletsch (60) no lo pensó dos veces y amplió el giro. Con seudónimos tipo The Magnificient Kordak e infinitas variaciones sobre su firma, el productor alemán que está detrás del éxito abrumador de Ich bin dein gummibar -la melodía que se hizo conocida en Chile por su versión en español llamada Osito gominola- viene firmando discos desde 1974 a través de empresas como Lollipop Records, Radikal Records, 4 West Records y otros nombres de fantasía.

Su currículo discográfico disponible en internet anota apenas un puñado de éxitos asociados a Ronnie James, un cantante de R&B estadounidense avecindado en Europa y todavía activo en Italia, y a Claudja Barry, cantante nacida en Jamaica y que tuvo un fugaz paso por Boney M.

El hombre detrás del Osito gominola se casó con ella y juntos formaron una exitosa dupla que en 1978 tuvo su mayor hit, en plena onda disco, llamado Boogie woogie dancin' shoes, todavía disponible en compilados de la época.

Lo que vino fue una progresión "lógica" -del repertorio disco al de la música dance o de clubes, tan populares en Europa-, pero nada que pudiera equiparar una carrera que más bien pasaba inadvertida durante los 80 y 90. Hasta el 13 de octubre de 2007, la fecha en que una apuesta cualquiera que Korduletsch encargó a uno de sus compositores a pedido (un tal Christian André Schneider) salió a la calle.

La historia es conocida y fácilmente comprobable: la canción suena en el mundo entero en distintos idiomas y complementada por el clip animado -creado por Peter Dodd- que esta semana superó la friolera de 200 millones de visitas en el portal de videos de YouTube,  convirtiéndolo en el video más visto de la historia.

Astuto entre los astutos, Jürgen Korduletsch olvidó por un rato los asuntos estrictamente musicales y amplió el giro de su negocio, según es posible rastrear en los movimientos que reporta la firma Gummybear International Inc., con sede en New Jersey. Entre julio de 2007 y junio de 2008, el ejecutivo registró las infinitas posibilidades que el verde personaje puede generar.

Desde chapitas hasta balones, pasando por libros educativos, software, figuritas y chucherías en general. El hombre tiene la marca registrada y recién prepara el desembarco mundial de lo que vendría a ser el próximo paso del fenómeno: el merchandising del bendito Gominola.

Mientras, la melodía de dance y vocoder (aquel efecto sonoro que altera la voz del osito de goma), la canción del verano en muchos países de Europa, ya ha sido traducida a 11 idiomas.

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