De la mano de México y cuatro décadas después de que el primer Tren de Alta Velocidad (TAV) para pasajeros comenzara a funcionar en Japón (1964), América estaría ad portas de contar por primera vez con un sistema ferroviario similar. El renacimiento y el desarrollo del sistema de trenes interurbanos de pasajeros fueron dos de las principales promesas de campaña del Presidente mexicano Enrique Peña Nieto. A poco más de año y medio de haber asumido el poder, hoy son tres los proyectos ferroviarios que el gobernante tiene en carpeta, siendo el que más acapara la atención el que está relacionado con la construcción de un TAV que unirá Ciudad de México con la localidad industrial de Querétaro.
El proyecto promete cubrir en tan sólo 59 minutos una distancia de 210 kilómetros, reduciendo así en dos horas el actual tiempo que toma el traslado entre ambas ciudades (en bus el trayecto puede tardar incluso tres horas). De acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) de México, el tren alcanzará una velocidad de 300 kilómetros por hora, con un promedio de 200 km/h, según especifica el Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018.
Sin paradas intermedias, los 12 trenes contemplados para recorrer esta ruta, que cruza 22 municipios, transportarán diariamente a 23 mil personas y, al mismo tiempo, beneficiará a más de 25 millones al potenciar "la economía y generando, durante su construcción, 20 mil empleos directos y 41 mil indirectos", destaca la SCT.
En principio, y de acuerdo con un estudio de viabilidad citado por el diario local La Razón, la tarifa propuesta para un viaje de ida es de unos US$ 22,9 (poco más de 13 mil pesos chilenos), aunque se desconoce si habrá algún tipo de subvención al pasaje.
El diario mexicano Excélsior sostiene que al salir de la capitalina Terminal Ferroviaria de Buenavista el tren rápido -que debiera comenzar a erigirse a finales de año y estar listo el segundo semestre de 2017- recorrerá "182 kilómetros a nivel superficial. Contará con 16 kilómetros en viaductos ferroviarios y recorrerá 12 kilómetros por 15 túneles para llegar al centro de Querétaro". Además, el TAV compartirá vías con el actualmente operativo servicio del Tren Suburbano desde Buenavista hasta Cuautitlán (ver infografía), tramo en el que, según el diario local Excélsior, su velocidad alcanzará los 90 km/h. Desde aquel punto en adelante, el TAV se trasladará por una vía propia.
Otro de los beneficios del proyecto es, según destaca el Ejecutivo mexicano, el impacto ambiental. Mientras el citado estudio de viabilidad estima que el 77% de las personas que se trasladará en el TAV hoy se transporta en vehículos particulares, la SCT destaca que cuando el tren rápido entre en funcionamiento, "todos los días dejarán de circular por la autopista (que une Querétaro con la capital) 18 mil vehículos, con los consecuentes ahorros de combustibles, mantenimiento de la carretera y disminución de accidentes. La liberación del tráfico le ahorrará al gobierno el costo de la ampliación de la autopista a un cuarto carril. En consecuencia, la construcción evitará la emisión de 95 mil toneladas de CO2".
Tras la apertura de la licitación internacional hace unas semanas, 46 son las empresas interesadas en participar en un proyecto de carácter integral, cuya inversión ronda los US$ 3,3 mil millones. La revista de negocios América Economía destaca que entre los postulantes hay empresas españolas, alemanas, francesas, chinas, portuguesas y mexicanas, todas especializadas en construcción, sistemas ferroviarios y tecnología. Sólo el próximo 15 de octubre se sabrá cuál de ellas se adjudicará el complejo y ambicioso plan.