Se trata, según el estudio, del ritmo de derretimiento más acelerado de los últimos 300 años.

Una tendencia alarmante, si se considera que esos glaciares son la principal fuente de agua potable para millones de habitantes de la región.

La investigación, que incluye datos sobre prácticamente la mitad de los glaciares de los Andes, concluye que su derretimiento es el resultado del aumento de la temperatura, que subió en promedio 0.7º centígrados entre 1950 y 1994.

Y si bien el fenómeno es evidente en todos los Andes Tropicales, es particularmente pronunciado en los glaciares más pequeños, ubicados a menor altitud.

"En el Perú, todos los glaciares que están por debajo de los 5.100 metros ya han desaparecido", le dijo a BBC Mundo Wilson Suárez, del Servicio Nacional de Hidrología y Metereología del Perú y uno de los coautores del estudio.

Y, en toda la región, los glaciares ubicados a altitudes inferiores a los 5.400 metros han perdido en promedio 1,35 cm de su capa de hielo cada año desde 1970: el doble que los grandes glaciares ubicados a mayor altitud.

"Como el grosor máximo de esos pequeños glaciares de baja altura rara vez excede los 40 metros, con semejante pérdida anual es probable que desaparezcan completamente en las próximas décadas", afirmó el autor principal del estudio, Antoine Rabatel, del Laboratorio de Glaciología y Geofísica Ambiental de Grenoble, Francia.

Escasez de agua

Según los investigadores, el promedio de lluvias en la región ha cambiado poco durante las últimas décadas, por lo que las precipitaciones fluviales no pueden ser consideradas una causa de la reducción de los glaciares.

Y si no se producen cambios en el régimen de lluvias, la región podría enfrentar serios problemas de disponibilidad de agua en un futuro no muy lejano.

"Los tres países tropicales que dependemos de agua glaciar somos Ecuador, Perú y Bolivia", explicó Suárez.

Y, de hecho, el valle del río Santa, en el norte del Perú, aparece como una de las regiones más vulnerables al derretimiento de los glaciares, pues sus cientos de miles de habitantes dependen de sus aguas para la agricultura, el consumo doméstico y la generación de energía.

"También está la ciudad de Huancayo, que depende netamente del nevado de Huaytapallana", dijo el investigador peruano, quien le recordó a BBC Mundo que más del 70% de los glaciares tropicales están en ese país.

Y otras grandes ciudades, como La Paz, en Bolivia, también podrían enfrentar serios problemas de escasez.

"Los glaciares proveen aproximadamente el 15% del agua de La Paz durante todo el año y eso aumenta hasta un 27% durante la temporada seca", explicó Alvaro Soruco, del Instituto de Investigaciones Geológicas y del Medio Ambiente de Bolivia, quien también participó en la investigación.


Tendencia global

A nivel mundial la mayoría de los glaciares han ido perdiendo terreno desde inicios del siglo XX, con muy pocas excepciones.

Pero los glaciares del Himalaya no han podido ser estudiados a fondo y también hay alguna evidencia que sugiere que algunos glaciares asiáticos podrían haber aumentado levemente su masa.

A inicios del año pasado científicos de la Universidad de Grenoble encontraron que algunos glaciares de la cordillera de Karakorum, al oeste del Himalaya, aumentaron entre 0,11 y 0,22 metros por año entre 1999 y 2008.

Pero la razón del comportamiento inusual de la cordillera Karakorum aún es incierta, ya que a nivel global los glaciares continúan perdiendo masa.

Alarma

Otros países, como Colombia y Venezuela, no dependen en la misma medida del agua glaciar.

Pero eso no significa que el derretimiento de sus glaciares no sea motivo de preocupación.

"El área que ocupan los glaciares colombianos es de apenas 45 km cuadrados y estamos perdiendo alrededor de un 3% de área por año", le dijo a BBC Mundo Jorge Luis Ceballos, del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales.

"Esto quiere decir que si persisten estas condiciones climáticas, en el transcurso de las próximas tres o cuatro décadas Colombia no tendría glaciares", afirmó.

Además, Ceballos -quien también es uno de los coautores del estudio- coincide con el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en que los glaciares de montaña son un indicador fundamental de lo que ocurre con el clima del planeta.

"Nosotros entendemos a nuestros nevados como una alarma. Una alarma que se prendió hace dos o tres décadas", explicó.

El problema, sin embargo, es que no es mucho lo que pueden hacer individualmente los países andinos para combatir el derretimiento de sus glaciares.

Según Wilson Suárez, alternativas como la generación de nieve artificial o el uso de pintura blanca en sus laderas para protegerlos de la radiación han sido descartadas por inviables.

"Las medidas que podamos tomar como país para combatir el cambio climático no serían suficientes, tiene que ser parte de un esfuerzo global", le dijo a BBC Mundo.

"Lo único que podemos hacer en estos momentos es hacer los estudios, proyectar escenarios y en función a eso comenzar a adaptarnos", concluyó.